Las Fuerzas de Seguridad emplearon ayer gas lacrimógeno y lanzaron disparos al aire para disolver las protestas de monjes budistas y civiles contra la Junta Militar en Yangón, Myanmar. (EFE)
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, decidió ayer enviar a su representante especial, Ibrahim Gambari, a la región asiática, ante “el deterioro” de la situación política y civil en Birmania (Myanmar).
Ban, en un comunicado de prensa emitido ayer, insta al “liderazgo” del país asiático a “cooperar plenamente” con la misión de Gambari, para “aprovechar la buena voluntad de la ONU de asistir (a Birmania hoy Myanmar) en su proceso de reconciliación nacional a través del diálogo”.
Ante las informaciones de agresiones y uso de la violencia por parte de las Fuerzas de Seguridad del régimen militar birmano contra la población, el máximo responsable de la ONU pidió a Rangún que ponga fin a esas prácticas. “Esas acciones sólo pueden erosionar las perspectivas de paz, prosperidad y estabilidad en Myanmar”, advirtió Ban.
Ante la creciente preocupación internacional por la situación de ese país asiático, aislado internacionalmente y sin relaciones diplomáticas con la mayoría de los países, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió ayer con carácter extraordinario.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) y de EU han pedido al máximo órgano de la ONU que consideren la “posibilidad de imponer sanciones” a ese país asiático.
Europeos y estadounidenses, que enviaron su solidaridad a los birmanos, pidieron también ayer a China, India y los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que ejerzan su influencia y “presionen” al régimen militar birmano para que cesen los actos violentos contra la población civil.
Además, los dos aliados transatlánticos instaron también a las autoridades militares del país asiático a que reciben “cuanto antes” al enviado especial del secretario general de la ONU, Ibrahim Gambari.
Ante el aumento de las tensiones en Rangún, Ban pidió el lunes al Gobierno de Birmania que entable, cuanto antes, “un diálogo con todas las Fuerzas relevantes” del país, para avanzar en un proceso de reconciliación nacional.
Sin embargo, la Junta Militar optó por reprimir con el Ejército las crecientes manifestaciones protagonizadas por ciudadanos y monjes budistas y en las que ha habido ya cinco muertos y cerca de cien heridos.
Alrededor de 200 personas, incluidos unos 80 monjes, han sido también golpeados, detenidos y trasladados en vehículos militares a centros de detención, según testigos citados por diversos medios birmanos.
Además, decenas de monjes fueron golpeados antes de ser arrestados y trasladados en camiones del Ejército a centros de detención, después que cientos de miles de personas desafiaran la prohibición de celebrar actos de protesta impuesta por la Junta Militar.
‘Mianmar y Somalia, los más corruptos’
Transparencia Internacional calificó ayer a Mianmar como el país más corrupto del mundo, junto a Somalia, incrementando la presión sobre el régimen militar del país asiático en momentos en que enfrenta las protestas más intensas en casi dos décadas.
El Índice de Percepción de la Corrupción del grupo Transparencia Internacional en su versión de 2007 evaluó a 180 países en base al grado en que se percibe la corrupción que existe en los funcionarios públicos y los políticos.
Algunos países en los que se registraron mejoras significativas incluyen a Costa Rica, Cuba, Dominica, Suriname, Croacia, la República Checa, Italia, FYR Macedonia y Rumania.
Entre las naciones con niveles de corrupción que se deterioraron significativamente en 2007 están Belice, Austria, Bahrein, Bután, Jordania, Laos, Macao, Malta, Mauricio, Omán, Papua Nueva Guinea y Tailandia.
Mianmar, también conocido como Birmania y Somalia en África recibieron la calificación más baja, de 1.4 de 10 puntos posibles. Les siguió Irak, que registró 1.5.
“Mianmar es un ejemplo muy bueno de la intersección entre corrupción, pobreza y represión”, afirmó Huguette Labelle, la presidenta internacional de la agencia, en una conferencia de prensa en Londres en la que se dio a conocer el informe.
“A la larga se produce una explosión (social), porque la gente llega a estar en un estado tal que (decide) asumir las cosas en sus manos, el intento de cambiar la situación”, señaló, refiriéndose a los ocho días de marchas antigubernamentales encabezadas por monjes en Mianmar.