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Archivo adjunto| Montaje teatral

Luis F. Salazar Woolfulk

La Ley que regula los Pactos Civiles de Solidaridad como marco para la vida en común entre personas ?de igual o de distinto sexo?, que fue aprobada en fecha reciente con el apoyo del Gobierno de Coahuila y los diputados priistas, ha demostrado en su primera aplicación que es fruto del oportunismo y la demagogia.

La promulgación del engendro jurídico, ha dado lugar a la celebración teatral de una ?boda gay?, entre dos ciudadanas de Tamaulipas, atraídas desde su entidad federativa de origen.

De acuerdo a las notas de prensa, las contrayentes fueron felicitadas por el gobernador Humberto Moreira por vía telefónica y al evento comparecieron funcionarios del Gobierno Estatal con bombo y platillo, como corresponde a un instrumento hecho para generar la presencia en los medios, de una política de Estado que se publicita a costa de los contribuyentes de modo espectacular y morboso, como de ?apoyo a los grupos vulnerables de la sociedad?.

Las contrayentes tamaulipecas no podrían estar más despistadas, pues al ser entrevistadas por la prensa de Saltillo, expresaron su creencia de que la unión le da derecho a una de ellas que trabaja, a inscribir en el Seguro Social a su pareja, lo que revela un engaño y manipulación evidentes, porque la regulación del IMSS es de competencia federal y no del Congreso de Coahuila.

Ya de regreso a su terruño, las integrantes del pacto descubrirán que el vínculo que contrajeron es ineficaz y que están expuestas a los conflictos que surgen del intento de aplicar una ley fuera de su espacio territorial de vigencia.

Imaginemos que una de las contrayentes muere. La que sobrevive intenta heredar bienes de la fallecida que se ubican en el Estado de Tamaulipas, con fundamento en una ley vigente en Coahuila. Aparecen los familiares consanguíneos de la fallecida que son ciudadanos tamaulipecos y con apoyo en una ley vigente en aquel estado, disputarán a la sobreviviente de la pareja los bienes de la herencia mediante la sucesión legítima.

Supongamos en otro caso, que los padres de una de las contrayentes del pacto civil o un hijo de ésta previo al cuestionado enlace, disputan con la otra integrante de la pareja la preferencia al derecho de percibir alimentos que debe proporcionar la primera. Los demandantes fundan su reclamación en el Código Civil de Tamaulipas, ante los tribunales de Tamaulipas, en tanto que la ?compañera civil? que litiga un interés contrario, invoca la aplicación de la ley gay de Coahuila en tierras tamaulipecas.

En ambos casos que constituyen meros botones de muestra, no se requiere ser abogado para concluir que los tribunales de Tamaulipas, resolverán aplicando la propia ley de su estado y dejarán de lado la ley de Coahuila.

Por otra parte la ley que nos ocupa, en tanto que ofrece una alternativa a personas de distinto sexo que opten por una unión que no les genere las obligaciones que implica contraer matrimonio, crea una subespecie de matrimonio en el que los hijos vendrán al mundo en un marco jurídico familiar degradado y precario, que concluye a voluntad de las partes en perjuicio de la prole, con la sola decisión de una de ellas otorgada ante Notario Público.

La ley en comento remite a otras figuras del Código Civil vigente, para regular situaciones cuyo novedoso tratamiento no es tal. Se trata de instituciones milenarias como el contrato de sociedad, la copropiedad, el testamento, la donación, etcétera, a las que toda persona puede acceder para compartir sus bienes con otra, sin importar el sexo, ni el parentesco o intimidad erótica que haya o no entre ambas, con más certidumbre y menos rebuscamiento y requisitos, que los que impone la novedosa ley de convivencia.

Al teatro hubo que traer actores de afuera, porque a la convocatoria del Gobierno no hubo coahuilenses que se prestaran a la función. Aun sin ser psicólogo, como se dice que es la diputada priista que presentó la iniciativa de ley, cualquiera entiende que la homosexualidad entraña un problema radical de identidad. Si un hombre o una mujer no aceptan plenamente su propio género, difícilmente podrán asumir plenamente su condición homosexual, para servir de ?conejillos de indias? en experimentos tan novedosos como cuestionables.

Correo electrónico:

lfsalazarw@prodigy.net.mx

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