El narcotraficante mexicano Francisco Javier Arellano Félix se declaró el lunes culpable en una corte federal estadounidense de delitos que le acarrearán una condena de prisión, pero no la pena de muerte.
Arellano Félix, de 39 años, se declaró culpable de dirigir una organización de delincuencia organizada y de confabularse para lavar dinero del narcotráfico.
El acuerdo para que se declarase culpable se dio después de que funcionarios en Washington D.C. acordaron el sábado no buscar la pena de muerte.
La pena capital ha sido un tema de discordia en las relaciones entre Estados Unidos y México.
El gobierno mexicano se ha opuesto desde hace muchos años a la pena de muerte a pesar de que recientemente extraditó a varios presuntos narcotraficantes a Estados Unidos.
Según el acuerdo leído en la corte por un abogado de la defensa, Arellano Félix ayudó al Cártel de Tijuana a introducir a Estados Unidos cientos de toneladas de cocaína y de marihuana así como lavar cientos de millones de dólares.
Como parte de su acuerdo de declaración de culpabilidad, Arellano Félix acordó entregar su fortuna de 50 millones de dólares así como su yate, en el que fue capturado el año pasado.
El juez federal de distrito Larry Burns fijó para el 5 de noviembre la audiencia en la que le será dictada su sentencia.
Gracias al acuerdo de culpabilidad, los otros cargos en su contra le fueron retirados.
Arellano Félix se presentó en la corte ataviado con un uniforme de la prisión color naranja y respondió a las preguntas calmadamente y en español, y fue sacado del tribunal esposado.
En diciembre, los fiscales presentaron como prueba de crimen organizado los alegatos de que había ordenado el asesinato de un subjefe policial así como la decapitación de tres jefes de la policía.
El cartel de los Arellano Félix surgió como una potencia entre los cárteles de las drogas en la década de los ochentas en Tijuana, la ciudad ubicada al otro lado de la frontera con San Diego, pero su influencia se ha desvanecido.
El Cartel de Tijuana fue alguna vez dirigido por siete hermanos y cuatro hermanas, pero el hermano mayor de Francisco Javier, Ramón, murió en un tiroteo con la policía en el 2002; su hermano Benjamín se encuentra encerrado en una prisión mexicana y su hermano Eduardo se encuentra prófugo.
La Guardia Costera de Estados Unidos capturó a Arellano Félix cuando se encontraba pescando en alta mar a bordo de su yate, el Dock Holiday, en aguas internacionales frente las costas de Baja California en agosto del 2006.
Las autoridades informaron en ese momento que dos presuntos sicarios del cártel estaban entre los pasajeros capturados junto con Arellano Félix.
