Los presidentes de Argentina, Nestor Kirchner (izq.); Bolivia, Evo Morales (cen.), y Venezuela, Hugo Chávez (der.), conversan hoy, 10 de agosto de 2007, en la ciudad boliviana de Tarija, durante la firma de acuerdos energéticos para avanzar en la integración regional. (EFE)
Los gobiernos de Bolivia, Argentina y Venezuela ampliaron hoy su red de acuerdos energéticos y los dos primeros lanzaron duras advertencias a las petroleras que no contribuyan con inversiones al aumento de la producción boliviana.
Los presidentes Evo Morales (Bolivia), Néstor Kirchner (Argentina) y Hugo Chávez (Venezuela) firmaron una declaración en la que anuncian un incremento de la integración energética, al terminar una reunión en la ciudad sureña de Tarija, situada a 919 kilómetros al sur de La Paz.
Kirchner y Morales hicieron severas advertencias a las trasnacionales que no hagan inversiones para el desarrollo de los campos de gas de Bolivia, situados precisamente en la región de Tarija, fronteriza con Argentina.
Esas inversiones son necesarias para garantizar la provisión de gas al mercado argentino.
En esa zona del sur boliviano, donde yace el 85 por ciento de los 48.7 billones de pies cúbicos de gas que teóricamente posee Bolivia, operan la brasileña Petrobras, la hispano-argentina Repsol YPF, la franco-belga TotalFinalElf, British Gas y British Petroleum.
Kirchner dijo que bastará una llamada telefónica de Morales para que Argentina invierta en los campos si no lo hacen las empresas y citó específicamente el gran yacimiento de gas "Margarita", operado por Repsol en sociedad con las dos británicas.
"Querido Evo: si esos empresarios que tienen que cumplir, no cumplen, ya sea Petrobras, Repsol o quien sea, levanta el teléfono que los argentinos vamos a venir a invertir contigo para generar la producción que corresponda", dijo Kirchner.
Petrobras opera los otros dos campos grandes de Bolivia, San Antonio y San Alberto, desde donde actualmente se exporta gas a Brasil y Argentina.
Las petroleras detuvieron sus inversiones en Bolivia debido al clima de inestabilidad política de los últimos años y la nacionalización de los hidrocarburos decretada por Morales en mayo del año pasado.
Kirchner dijo que no hacía su promesa a Morales "en tono amenazante", sino para garantizar el aprovisionamiento del futuro Gasoducto del Noreste Argentino (GNA), al que calificó como "el primer paso" del Gasoducto del Sur, promovido por Chávez, "que va a ser el verdadero motor de desarrollo de nuestros pueblos".
Ese proyecto enfrenta críticas financieras, técnicas y ecológicas porque atravesará la Amazonía y, según analistas, Brasil ha perdido interés en él.
El Gasoducto del Sur pretende llevar el combustible desde Venezuela hasta los mercados argentino y brasileño, que actualmente dependen de Bolivia.
Morales dijo que las petroleras no deben ser como "el perro del hortelano" y las amenazó con quitarles los pozos si no concretan las inversiones que prometieron cuando firmaron 44 nuevos contratos que entraron en vigor en mayo pasado.
El mandatario boliviano dijo que los campos que no tengan inversiones serán recuperados por el Estado "sin ningún miedo", con "acciones y decisiones políticas", para entregárselos a empresas mixtas y estatales.
Morales y Kirchner firmaron un "Acuerdo marco de integración energética" para el aprovechamiento de los recursos petroleros y eléctricos, con apoyo financiero e intercambio de información.