EL SIGLO DE TORREÓN
Torreón, Coah.- La historia comenzó con el hallazgo de tres cuerpos ?ensabanados? en una casa cerca del vado del Río Nazas.
Era miércoles por la noche. Tres corporaciones policiacas la Ministerial, la Preventiva Estatal y la Municipal, se movilizaron con una cauda de medios de comunicación a una casa en la colonia Nazario Ortiz Garza.
Las peores sospechas parecían naturales para esa zona, a unos metros del lugar donde en octubre pasado dos personas fueron ejecutadas a plena luz del día; a unos metros donde hace unas semanas militares y policías federales, estatales y municipales instalaron un retén como parte del operativo de ?blindaje? contra el crimen organizado.
La ?psicosis? de la que han hablado alcaldes de la región desde que aparecieron cuatro osamentas en Lerdo hace dos semanas empezó a surtir efecto.
Huesos fueron encontrados a ras de tierra. Peritos los sacaron de la casa en bolsas, frente a un despliegue de cámaras de televisión. La historia comenzó a desinflarse. ?Amorfos?, fue como describieron los huesos. ?Pequeños?, dijeron. Se presumía que eran de un bebé.
La historia terminó ayer con la versión de que los huesos eran de un animal. La hipótesis señalaba a un cerdo, a juicio de uno de los legistas por el tamaño de los huesos y la dentadura. También que quizá murió amarrado, dada la presencia de una cadena oxidada en el suelo.
El operativo había ameritado la presencia del delegado de la Procuraduría de Justicia de Coahuila, Alfredo Hoyos. Vecinos dijeron que en la casa abandonada había vivido una persona buscada por robo, que habría estado involucrada en un homicidio. El hermetismo de las autoridades contribuyó más al temor entre los vecinos que exigían información.
Al final, resultó que fueron unos niños, que habían entrado a jugar a la finca, los que habían alertado a sus padres, que llamaron a la Policía, desatando una movilización reservada sólo para criminales notorios.
