Un funcionario portugués que investiga la desaparición de una niña inglesa criticó a la policía de Gran Bretaña al considerar que se dejó engañar por los padres de la menor, quienes oficialmente son sospechosos en el caso.
Goncalo Amaral, el detective que supervisa la investigación sobre la desaparición de Madeleine McCann en Portugal, dijo en comentarios publicados el martes que la policía británica sigue pistas ''creadas y sembradas'' por los padres, Kate y Gerry McCann, quienes buscaban deslindarse del caso.
"La policía británica ha trabajado sólo en lo que los McCann quieren y les conviene", dijo Amaral, citado por el Diario de Noticias.
La policía en la población natal de los McCann, en el centro de Inglaterra, dijo que seguiría "apoyando a las autoridades portuguesas" en su investigación, pero se negó a emitir más comentarios, según una portavoz.
Uno de los abogados de los McCann, Carlos Pinto Abreu, dijo a la radiodifusora TSF de Lisboa que los comentarios de Amaral resultaban "de muy mal gusto".
La pareja ha insistido en que no tuvo relación alguna con la desaparición de su hija, ocurrida el 3 de mayo durante las vacaciones familiares en Portugal. Los McCann dicen que alguien más se llevó a la menor.
Las autoridades británicas han cooperado con la investigación desde el comienzo. Una serie de pruebas forenses realizadas en Gran Bretaña sugirió que había evidencias con material genético de Madeleine en el portaequipaje del auto alquilado que sus padres utilizaron después de la desaparición.
Los hallazgos llevaron a que la policía portuguesa sometiera a investigación a los padres. Sin embargo, el jefe de la policía nacional de Portugal, Alipio Ribeiro, dijo que las pruebas forenses no eran concluyentes.
Inicialmente, la investigación se concentró en la posibilidad de que Madeleine, quien estaba a unos días de cumplir 4 años, hubiera sido secuestrada de una habitación de un hotel, mientras sus padres cenaban a unos metros de distancia.
Los McCann, que han emprendido una campaña internacional para encontrar a su hija, regresaron a Gran Bretaña el mes pasado, un día después de ser mencionados como sospechosos.