Alemana de 26 años estrangula a su madre porque ya no aguantaba tener que cuidarla.
EL UNIVERSAL
BERLÍN, Alemania.- Melanie tenía 26 años cuando decidió ser libre y acabar para siempre con la opresión materna. El 26 de julio de 2005 la joven cogió una sabana y, sin que su madre se diera cuenta, le rodeó la garganta con la tela y comenzó a estrangularla.
Al cabo de algunos minutos y cuando percibió que su madre aún seguía respirando, Melanie buscó una bolsa de plástico y le cubrió el rostro hasta que la mujer de 60 años dejó de respirar. Al constatar que su madre había muerto, Melanie cogió un cordel y ató a su madre, como si fuera un paquete, y escondió el cadáver, durante nueve meses, en la nevera del hogar.
El crimen habría pasado inadvertido si la naturaleza no hubiera delatado a Melanie: El mal olor invadió poco a poco el edificio, ubicado en un barrio popular de Colonia, hasta que se volvió insoportable. Fue entonces cuando algunos vecinos alertaron a la policía.
El 25 de abril de 2006 Melanie fue arrestada. La joven confesó su crimen ante un juez de Colonia y, entre sollozos, admitió que no "existía perdón" en la tierra para el terrible acto que había cometido. "Me di cuenta demasiado tarde de que era incapaz de soportar la enfermedad de mi madre y que debía haber pedido ayuda", dijo la joven.
"Mi madre era como un vampiro. Me chupaba con su impotencia", declaró Melanie poco después de ser detenida por la policía. La enfermiza relación entre madre e hija comenzó prácticamente con el nacimiento de Melanie, en enero de 1980. La madre era alcohólica y la niña, desde pequeña, tuvo que ocuparse de la labores del hogar.
La madre, quien vivía de la ayuda social, le prohibió el contacto con otros niños y, a pesar del aislamiento y de los malos tratos que recibía en el hogar, la niña logró convertirse en una buena alumna en la escuela y demostró tener un gran talento musical.
Cuando tenía 15 años, Melanie huyó de la casa y buscó refugio en el hogar de su hermanastra. Pero la joven regresó al hogar materno en abril de 1996. Su madre había seguido una terapia de desintoxicación, pero el infierno en el hogar no había cesado. La mujer siempre tenía amantes violentos y la joven enfermó de tuberculosis.
Después de un largo tratamiento, Melanie pasó a depender completamente del dinero que recibía su madre del Estado, quien comenzó a perder el juicio. Aunque había dejado de beber, la mujer se trastornó, mendigaba comida entre los vecinos y perdió el control de sus esfínteres. Fue la época cuando Melanie comenzó a desarrollar un rol dominante ante su madre enferma.
En la mañana del 26 de julio de 2006 Melanie perdió los nervios. Su madre, que sufría de diarrea, no había logrado llegar hasta el lavabo. "Acaba conmigo", le dijo su madre. "La muerte fue un alivio para mi madre", dijo la joven a la policía. "Ella no se resistió cuando la estaba estrangulando".
La fiscalía de la ciudad de Colonia piensa diferente. En el acta acusaron a la joven de haber planificado el asesinato de su madre por "razones egoístas". La convivencia se había convertido en un círculo vicioso de dependencia mutua", anotó la fiscal.
En cambio, la defensa recordó que Melanie había revivido en la cárcel. "Tiene amigas y desea estudiar Historia. La prisión le ofrece una gran oportunidad para rehacer su vida", dijo la abogada Carolina Popovic.
Otro asesinato que conmocionó a Alemania se registró el sábado pasado cuando dos adolescentes mataron a un matrimonio en Mecklenburgo-Pomerania Occidental para llevarse el coche.
El hijo del matrimonio pudo encerrarse en una habitación y alertar a la policía, que los capturó cuando intentaban escapar.
