El diputado local del PRI, Mario Ríos Gutiérrez, fue asesinado en Monterrey, Nuevo León, por un grupo de sicarios en el cruce de las calles Ocampo y Zaragoza. (Notimex)
El legislador es el primer servidor público no ligado al área de seguridad que es ejecutado.
Ahora las balas del crimen organizado hicieron ayer blanco en un integrante del Poder Legislativo.
El primer servidor público ejecutado no ligado al área de seguridad fue Mario César Ríos Gutiérrez, diputado local por el PRI, quien en 1986 fue detenido y procesado por posesión de droga.
El legislador, originario de Cerralvo, quien ese entonces admitió querer vender 12 kilogramos de droga para salir de dificultades económicas, se convirtió en el ejecutado 80.
Alrededor de las 14:30 horas, la camioneta en la que viajaba el integrante de la Legislatura 71, una Ford Excursion colores azul y arena, fue alcanzada por un vehículo y una camioneta, de donde le dispararon, cuando se desplazaba por Ocampo, casi esquina con Zaragoza.
Informes señalaron que fueron entre 10 y 12 balazos los que recibió el diputado local y que le provocaron la muerte luego de ingresar al Hospital San José.
En el lugar sólo se encontraron dos casquillos de AK-47 y una esquirla de bala.
Dos impactos quedaron en una de las oficinas de la Notaría Pública 43, por la calle Ocampo, cuyo titular es Jaime Garza de la Garza y en donde no había personal al momento del ataque.
Fuentes de la Agencia Estatal de Investigaciones señalaron que de acuerdo con imágenes captadas por una cámara, cuya ubicación no fue especificada, grabaron a los vehículos de donde dispararon al diputado.
La camioneta Excursion, que circulaba sin placas y presuntamente con un permiso en el vidrio delantero, era conducida por José Manuel Huerta González, asistente del diputado y de oficio abogado.
Una fuente reveló que Ríos Gutiérrez estuvo en una reunión de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en el Hotel Crown Plaza, junto a su asistente.
Según la versión del abogado, quien fue atendido de unos golpes que presentaba en la cabeza, de los que no se estableció su origen, no alcanzó a ver a los agresores.
Por otra parte, un hombre fue ejecutado a balazos ayer por la mañana, frente a la puerta de la estancia infantil “Momentos Felices”, en la colonia Cinco de Mayo de Hermosillo, Sonora.
Agentes de diferentes corporaciones policiacas acudieron al lugar donde la víctima fue asesinada cuando se encontraba en el interior de un vehículo Lumina color azul y con placas de circulación extranjeras.
Además, de seis balazos fue ejecutado un hombre en la colonia Azteca de Tomatlán, en la costa norte de Jalisco, reportó la Dirección de Seguridad Pública Municipal.
De acuerdo con un informe policial, el cadáver, identificado como Enrique Torres Guerrero, de 26 años, tenía una pistola calibre .25 fajada en la cintura y siete cartuchos útiles en uno de los bolsillos del pantalón.
También dos personas fueron ejecutadas con armas de grueso calibre en la zona de Cerritos de Mazatlán, Sinaloa, cerca de las marinas.
Las víctimas son Matías López Reyes y Ricardo Ayala Huerta, cuyas edades oscilan entre los 35 y 40 años de edad.
Se opondrá Gobierno a pena capital de ‘El Tigrillo’
El subprocurador jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, José Luis Santiago Vasconcelos, afirmó que si los tribunales de Estados Unidos sentencian a muerte a Francisco Javier Arellano Félix, alias “El Tigrillo”, el Gobierno mexicano se opondrá a esa sanción.
“Estamos convencidos que la pena capital no es la solución ni siquiera para el delincuente más grande del mundo”, expuso en entrevista el funcionario de la dependencia federal.
Reconoció que son muy graves los delitos que un Tribunal de San Diego, California, le atribuye a Arellano Félix y en muchos casos sí ameritan la pena de muerte para las leyes de aquel país, pero aun así, reiteró, “México se opondrá a que se le aplique”.
Recordó que “El Tigrillo” no es de los extraditados por el Gobierno de México, sino que el año pasado fue detenido en aguas internacionales cuando navegaba con algunos amigos y familiares.
De ahí fue trasladado por policías estadounidenses a California para ser juzgado, ya que pesaban sobre él diversas órdenes de aprehensión.