Investigadores policiales pasan por delante del restaurante 'da bruno', cercano a la estación central de la ciudad alemana de Duisburg, Alemania. (EFE)
Seis italianos, emparentados y de entre 16 y 39 años, murieron acribillados a tiros esta madrugada en Duisburg, Alemania, tras celebrar el cumpleaños de uno de ellos en una pizzería de la familia, procedente de Calabria, en lo que parece un ajuste de cuentas mafioso.
El jefe de la comisión policial que investiga el asesinato, Heinz Sprenger, confirmó hoy la nacionalidad, relación de parentesco y otros detalles de las víctimas del séxtuple asesinato, aunque rehusó dar por hecho que se trató de una acción mafiosa, por considerar que las investigaciones están "en su fase inicial".
"La policía esta investigando en todas direcciones, no podemos descartar que se trate de una venganza personal o pasional", apuntó Sprenger, ante las múltiples preguntas sobre una acción mafiosa, tal como difundieron medios italianos.
Sprenger informó que las seis víctimas murieron acribilladas a disparos, no de uno o varios tiros en la cabeza, como se dijo al principio, y que la familia era originaria de San Luca, en Calabria.
Cuatro de los fallecidos estaban en el interior de un auto, un Golf, mientras que los otros dos se encontraron en un segundo vehículo, de la marca Opel.
Ambos automóviles se encontraban en una bocacalle de la Mülheimerstrasse, a unos cien metros de la estación central de la ciudad, junto a la pizzería "Da Bruno".
Las víctimas han sido identificadas como Marco P. y Francesco P, ambos hermanos, de 19 y 21 años, así como Francesco G., de 16, Marco M., de 25, Tomasso Francesco V., de 18, y Sebastiano S., de 39.
Según las informaciones policiales, todos estaban emparentados entre sí y relacionados de algún modo con la pizzería, puesto que algunos tenían un puesto de aprendiz en ella, otros trabajaban ahí y otros eran co-propietarios del local.
Sprenger pidió colaboración ciudadana para recabar pistas sobre dos hombres, a los que una testigo afirma haber visto salir de la bocacalle tras el séxtuple asesinato.
Esta testigo fue asimismo quien alertó a la policía, sobre las 00.30 GMT, tras escuchar los disparos y ver a dos hombres dándose a la fuga.
La policía parte de la base de que hay más testigos, puesto que a esa hora había aún bastante tráfico rodado por la zona de la estación así como transeúntes que podrían haber visto u oído algo.
Los investigadores alemanes insistieron en la necesidad de observar cautela respecto a las múltiples informaciones que circulan procedentes de medios italianos que, tras conocerse la nacionalidad de las víctimas, difundieron la versión del crimen mafioso entre familias rivales.
Sprenger no quiso confirmar si el local era conocido por la policía como presunto lugar de reuniones mafiosas o de blanqueo de dinero, como asimismo se informó desde Italia.
Los primeros indicios de que las víctimas eran italianos se difundieron ya a media mañana, al presentarse al lugar de los hechos una mujer, que fue captada por las cámaras de televisión, gritando entre llantos "Sebastiano, Sebastiano".
Los agentes acordonaron toda la zona e intentaron calmarla y, según un portavoz policial, entretanto la han dejado en manos de un psicólogo.
