Israel lanzó ayer un ataque aéreo contra un cuartel general de la “Fuerza Ejecutiva”, leal al grupo islámico Hamas en la ciudad de Gaza. (EFE)
Muere en el ataque un miembro del grupo islámico y 30 personas resultan heridas.
Un palestino murió y otras 30 personas resultaron heridas de diversa consideración en un ataque aéreo israelí lanzado ayer contra un cuartel general de la “Fuerza Ejecutiva”, leal al grupo islámico Hamas, confirmaron testigos y fuentes médicas palestinas.
Las fuentes hospitalarias agregaron que el fallecido es un miembro de Hamas y que cuatro de los heridos se encuentran en estado grave.
El edificio de tres plantas que albergaba una de las sedes de esa fuerza creada por el pasado ministro del Interior palestino, Said Siam, hace un año quedó completamente destruida, según dijeron los testigos presenciales y fuentes sanitarias.
Una portavoz del Ejército israelí confirmó que se trató de “un ataque de la Fuerza Aérea contra un cuartel general de Hamas”.
Islam Shahwan, portavoz de la “Fuerza Ejecutiva” confirmó que no se había producido ninguna víctima mortal en el ataque debido a que el inmueble atacado había sido evacuado previamente.
Con todo, Shahwan precisó que “cuatro de los heridos son miembros de la Fuerza Ejecutiva y el resto civiles y viandantes”. Numerosos edificios que se encontraban junto al inmueble atacado resultaron severamente dañados por la metralla.
Además, Muawia Hassanin, portavoz del servicio de ambulancias en Gaza, relató que tres vehículos de ese servicio de emergencias quedaron completamente destruidos por los restos de uno de los misiles lanzados por la aviación israelí, debido a que la estación de ambulancias se encuentra a menos de cien metros del complejo policial de Hamas.
Fuentes oficiales palestinas dijeron que además del ataque contra el inmueble perteneciente a Hamás, el Ejército israelí llevó a cabo otro ataque contra un comando de la Yihad Islámica en el norte de la Franja de Gaza.
Según las fuentes, uno de los milicianos resultó herido leve mientras el resto que lo acompañaba a lanzar un ataque con cohetes contra suelo israelí lograron salir ilesos de la ofensiva.
El Ejército israelí ha negado que la Fuerza Aérea haya llevado a cabo un ataque contra el norte de la Franja de Gaza.
Piden el fin de la “islamofobia”
Los ministros de Exteriores y representantes de 57 países musulmanes condenaron el auge de la “fobia contra el Islam” en el mundo y apostaron por una “iluminada moderación” para combatir el terrorismo, según una declaración conjunta aprobada ayer.
Reunidos con motivo de la XXXIV sesión de ministros de Exteriores de la Organización de la Conferencia Islámica (OIC), que terminó ayer, los ministros formularon la denominada “Declaración de Islamabad”, una llamada de atención de 31 puntos que recoge los principales problemas del mundo islámico.
“Condenamos la creciente tendencia a la ‘islamofobia’ y la discriminación sistemática contra los fieles del Islam. Instamos a la comunidad internacional (...) a tomar medidas efectivas para combatir la difamación de las religiones y los estereotipos basados en la religión, creencia o pertenencia étnica”, se indica en la Declaración.
En el documento, los ministros repasan el panorama geoestratégico del mundo musulmán, con atención a los principales conflictos bélicos y diplomáticos: así, Palestina, Siria, Irak, Irán, Cachemira, Azerbaiyán, Líbano, Somalia, Sudán, Afganistán y Chipre son objeto de sus recomendaciones y tomas de posición.
Respecto a Palestina, los ministros reiteran su compromiso con el establecimiento de un Estado libre y el retorno de los refugiados, al tiempo que piden la firma de una paz “justa y comprensiva” entre Israel y Siria, con la retirada israelí de los Altos del Golán.
Sobre Irak, la Declaración insiste en “la importancia de un pronto restablecimiento de la paz y la estabilidad” y la retirada “lo antes posible” de las tropas extranjeras preservando su integridad territorial.
Además, los ministros piden la “reducción de las tensiones” sobre las aspiraciones nucleares de Irán y reconocieron el derecho del país asiático al uso pacífico de ese tipo de energía.
“Reafirmamos el derecho inalienable de los Estados miembros a adquirir y usar la energía atómica con fines pacíficos, de una forma no discriminatoria y de acuerdo con sus obligaciones legales internacionales”, destacan los ministros en el documento, al tiempo que piden un consenso internacional para el desarme nuclear.
La Declaración, que hace hincapié en la responsabilidad de los Estados en velar por los derechos de los musulmanes en países donde son minoría, recoge también una aceptación del diálogo entre civilizaciones basado en el respeto mutuo y una condena del terrorismo.
“Expresamos nuestra simpatía por las víctimas del terrorismo y denunciamos los esfuerzos por ligarlo con cualquier religión, teología o cultura”, afirma.
Con la vista puesta en la economía, los ministros anuncian que intensificarán esfuerzos para incrementar la capacidad tecnológica de los países musulmanes y fomentar el acceso a la investigación y el desarrollo, además de comprometerse a trabajar para establecer un área de libre comercio.
La Declaración termina con una petición de reforma de la ONU, en la línea de hacerla “más democrática, representativa y transparente” y con una representación adecuada de los estados miembros de la Conferencia Islámica.
Creada en 1969 y con la misión de promover la solidaridad entre los Estados musulmanes, la OIC es la segunda mayor organización internacional, por detrás de Naciones Unidas.
La Conferencia de ministros de Exteriores se reúne anualmente para examinar los avances de las medidas acordadas en el seno de la Cumbre Islámica, el órgano máximo de la OIC, compuesta por los jefes de Estado y Gobierno de los países miembros.
Iniciada el pasado martes con la intervención del presidente paquistaní, Pervez Musharraf, la conferencia concluyó ayer con la intervención del primer ministro del país, Shaukat Aziz, quien pidió a los Estados musulmanes un esfuerzo para desarrollar un sistema de defensa colectiva.
Musharraf, que había pedido el martes el fin de las “injerencias externas” en Irak y el envío de una Fuerza de paz musulmana bajo mando de la ONU, tuvo la satisfacción de comprobar que los ministros dieron la “bienvenida” a su propuesta en el documento.
