Los pequeños de segundo grado toman clase dentro del salón de Cómputo.
El Siglo de Torreón
Gómez Palacio, Dgo.- El sueño de cualquier niño pudiera hacerse realidad en la Escuela Primaria 18 de Marzo del ejido El Vergel, de Gómez Palacio, ante la posibilidad de que se queden sin dos de sus aulas ya que están en muy malas condiciones y a punto de derrumbarse, debido a las múltiples cuarteaduras que el inmueble presenta.
José de Jesús, de ocho años, cursa el segundo grado. Él junto con 25 compañeros solía tomar clases en el interior de una de las aulas afectadas. El temor de que pudiera derrumbarse en cualquier momento, despertó en las madres de familia el temor de que algo les pudiera pasar a los pequeños.
De inmediato solicitaron a las autoridades del plantel que salieran del lugar y buscaran otro sitio para que tomaran sus clases con tranquilidad. “Nos decían que se iba a caer”, comenta el pequeño de ocho años, quien asegura no haber tenido miedo de que su salón se viniera abajo.
Manuel Gerardo Yánez Esparza, director de la Escuela Primaria, comenta que de manera anticipada, solicitó a la Subsecretaría de Educación Pública del Estado, la construcción de un aula y baños, no sin antes pedirles llevaran a cabo un recorrido por el lugar.
“Debido al imprevisto que se presentó con las madres de familia, la solicitud cambió, ahora será para la construcción de dos aulas, la cual aún no tiene fecha para dar inicio pues se tiene que seguir un proceso (...) lo importante es que ya fue autorizada”.
Aunque el peligro no está latente, de acuerdo con el director del plantel, José de Jesús junto con sus compañeros fue cambiado de salón, lo cual provocó varios más.
Para que los alumnos de segundo grado sección “B” contaran con un salón seguro, los estudiantes del sexto grado fueron removidos a donde anteriormente se encontraba la dirección, la cual ahora se encuentra en el salón que sufre enormes cuarteaduras.
Pero los cambios más que solucionar un problema crearon más. Ahora los 26 alumnos del segundo grado sección “B”, entre ellos José de Jesús, comparten su salón con aquellos que toman clases de computación, mientras que los 18 alumnos de sexto grado, quienes se encuentran en donde era la dirección, toman clase en un reducido salón. “Está ‘chido’ pero hace mucho calor (...) nos urgen nuevos salones porque el que tenemos ahora está bien gacho y el calor será insoportable conforme pase el tiempo”, asegura Mario Bernal, estudiante de sexto grado.
Una de las maestras, quien prefirió no revelar su identidad, comparte la misma opinión que Mario sobre la importancia que tienen el hecho de que las nuevas aulas se encuentren listas en el menor tiempo posible. “Es casi imposible impartir clase y más aún que los niños te presten atención cuando hay otros niños de otros salones en medio de tu clase (...) esto podría atrasar el aprendizaje de los pequeños”.