AP
VIENA, AUSTRIA.- El abuso de medicamentos recetados está a punto de superar el de narcóticos a nivel mundial, generando un nuevo comercio ilegal de analgésicos falsificados, sedativos y otras medicinas que pueden causar la muerte, advirtió ayer un grupo vinculado a la Organización de las Naciones Unidas.
El abuso de medicamentos ya ha superado al de drogas tales como la heroína, la cocaína y el éxtasis en partes de Europa, África y el sudeste de Asia, dijo The International Narcotics Control Board (Junta de Control Internacional de Narcóticos), vinculada a la ONU, en su informe anual dedicado a reseñar lo ocurrido durante 2006.
?Sólo en Estados Unidos, el abuso de analgésicos, estimulantes, tranquilizantes y otras drogas ha superado prácticamente todas las drogas ilícitas, con excepción de la marihuana?, indicó el grupo, con sede en Viena.
Además, en muchos países, los traficantes pueden ofrecer gran cantidad de remedios falsificados a través del correo ordinario o de la Internet.
Los logros de los últimos años ?en materia de control internacional de las drogas podrían ser gravemente socavados por este ominoso desarrollo si no se ponen barreras?, dijo Philip O. Emafo, presidente del grupo.
Alrededor del 50 por ciento de todos los remedios que se consumen en países en desarrollo serían falsificados, dijo el grupo, citando cálculos de la Organización Mundial de la Salud.
La cifra de estadounidenses que abusan de los remedios de venta bajo receta casi se duplicó, de 7.8 millones en 1992 a casi 15.1 millones en 2003, dijo la organización.
Los falsificadores están explotando la intensa demanda de remedios de venta bajo receta que pueden dar una ?euforia? similar a la cocaína, a la heroína, o a la metanfetamina, dijo el grupo.
Como ejemplo citó la península escandinava, donde la demanda de flunitrazepam -un sedativo que se vende con la marca Rohypnol- es satisfecha de manera creciente por una producción clandestina y Estados Unidos, donde el vasto abuso de remedios de venta bajo receta, incluido el narcótico fentanyl, 80 veces más potente que la heroína, habría sido el causante de un incremento en la muerte de drogadictos.
