El Siglo de Torreón
El marco era esplendoroso, la afición se volcó al Corona para la presentación oficial de Santos Laguna y seis jugadores nuevos; un día antes Querétaro y San Luis perdieron sus partidos y todo se prestaba para apretar la lucha por el no-descenso.
A las 19:30 horas los jugadores de Santos saltaron a la cancha para el calentamiento, la ovación y el grito de ?¡portero... portero!? hicieron su aparición, aunque a Oswaldo Sánchez no le fue bien cuando se acercó a la porra de Chivas, atrás de la portería norte, pues los seguidores del Rebaño Sagrado no perdonan al arquero nacional su salida del popular equipo tapatío.
La fiesta vivía grandes momentos, los equipos estaban a punto de saltar a la cancha y los juegos pirotécnicos hicieron su aparición, el cielo se pintó de color y todo era entusiasmo en el añejo inmueble. En el centro de la cancha, Alejandro Irarragorri encabezaba a la directiva albiverde y todo estaba dispuesto para disfrutar de una victoria.
En la tribuna todo era optimismo, un entusiasta vendedor de cerveza portaba en el pecho el nuevo precio del ?vital líquido?, y un aficionado sorprendido dijo: ?qué bárbaro, ya está más cara la ?cheve? que las tortillas?, las carcajadas no se hicieron esperar. Mauricio Morales se disponía a dar el silbatazo inicial cuando Santos ya había perdido la primera batalla, Ramón Morales le ganó el volado a Oswaldo Sánchez, y en el primer tiempo, contra su costumbre, los Guerreros atacaban la portería sur.
El sonido local no se escuchaba con claridad, pero sí el malestar general cuando se nombró a Jorge Campos y Eliomar Marcón en la alineación inicial, hoy no existe duda sobre el rechazo casi general del público hacia ambos jugadores. Para colmo de males, un error de Campos permitió el gol de la quiniela, mientras que Marcón tuvo el empate en sus botines, pero una salida oportuna de Luis Michel lo evitó, en ese momento se escucharon los primeros gritos que pedían la inclusión de Oribe Peralta.
Guadalajara era dueño de las acciones, en medio campo Adolfo Bautista aprovechaba las facilidades que daba la doble contención de Juan Pablo Rodríguez y Elgabry Rangel; el ?Bofo? no tardó mucho tiempo en percatarse de ello y apenas al minuto cinco una genialidad suya ponía en bandeja el primer gol tapatío. Parecía haber el tiempo suficiente, pero el correr de los minutos enseñaba a un Guadalajara bien plantado y con las mejores opciones para incrementar el marcador.
Jorge Campos tocaba el balón y la tribuna abucheaba, Eliomar Marcón parecía errático y los gritos en favor de Oribe Peralta volvían a aparecer; Oswaldo Sánchez se equivocó y el segundo gol de Chivas parecía inminente, pero una oportuna barrida de Jorge Campos lo evitó, sin reconocimiento para el defensa lagunero.
Los 18 mil aficionados que llenaron el Corona estaban ansiosos de dar rienda suelta a su ilusión, al deseo de celebrar el triunfo de su equipo y a la inigualable alegría de gritar el gol de sus Guerreros. La primera anotación de Daniel Ludueña pasó inadvertida, ?es demasiado tarde? se comentaba en la tribuna, aunque el segundo gol del argentino sí fue celebrado e hizo renacer la esperanza de siquiera rescatar un punto. Mario, joven de 16 años de edad, se preguntaba por qué la reacción llegaba hasta que la desventaja era de tres goles.
Mauricio Morales pitó el final y la celebración no llegó, ahora habrá que esperar para saborear la obtención de tres puntos; el sábado se visita a Necaxa en Aguascalientes y en la jornada cuatro se recibe a Querétaro, en partido de vida o muerte. Hoy la afición está triste, las alegrías tendrán que esperar, Daniel Guzmán habrá sacado conclusiones y parece obligado a hacer ajustes en la cancha, no sólo en el aspecto táctico, sino también en el once inicial, que al parecer anoche no fue el ideal.
