Permite al Parlamento turco ingresar al norte de Irak para combatir a los guerrilleros del PKK kurdo, ignorando las advertencias en contra del presidente de EU, George W. Bush. (EFE)
Turquía elevó ayer su presión sobre Irak al autorizar su Parlamento una ofensiva militar en el norte del país vecino para combatir a los guerrilleros del PKK kurdo, ignorando las advertencias en contra del presidente de EU, George W. Bush.
La autorización, avalada por 507 de los 526 diputados que participaron en la votación, es válida por un año y permite hacer uso de ella cuantas veces lo considere necesario el Ejército turco, que tiene más de cien mil soldados estacionados en la frontera con Irak desde la primavera pasada.
El Gobierno del islamista Recep Tayyip Erdogan se ha visto obligado a dar este paso a raíz de las bajas militares sufridas en las últimas dos semanas, cuando alrededor de treinta soldados perdieron la vida en diferentes ataques del ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
“Estamos en un momento que nuestra paciencia se ha agotado. Pero éste es un gran país, exactamente en este momento deberíamos encontrar la vía correcta con paciencia”, dijo tras el voto el portavoz del Gobierno, Cemil Cicek.
Como se apresuró a subrayar ayer el propio Erdogan, Cicek repitió que el objetivo de una eventual operación militar en el norte de Irak será sólo el PKK, al tiempo que criticó a los aliados occidentales de Turquía, por no brindar más apoyo en esta lucha antiterrorista.
“Ellos califican al PKK como una organización terrorista, pero hasta hoy nunca nos han entregado a ni uno de los terroristas que les hemos pedido” , dijo el portavoz, antes de precisar que su Gobierno luchará contra el terrorismo con la Ley en la mano.
Poco antes de la votación, Erdogan recibió una llamada del primer ministro iraquí, Nouri Al Maliki, en la que éste asegura que ha dado instrucciones estrictas a la Administración kurda en el norte de Irak de no tolerar las actividades del PKK contra Turquía.
Según la agencia Anadolu, Maliki dijo que enviará una delegación de alto rango a Ankara en los próximos días y Erdogan le pidió pasos concretos contra el PKK.
En Washington, el presidente estadounidense, George W. Bush, señaló ante la prensa que cree que una incursión del Ejército turco en Irak va en contra de los intereses de Turquía.
El presidente sirio, Basher al Asad, declaró ayer en Ankara su apoyo a una posible operación militar contra el PKK. Asad aseguró que tanto Turquía como Siria son países que siempre han apoyado la paz, pero que Damasco respaldará cualquier decisión de Ankara en su lucha contra el terrorismo.
23 años de lucha
Para Ankara han sido siempre “turcos de las montañas”. Pero los kurdos llevan décadas luchando para ver reconocida su identidad. Algunos, pacíficamente. Otros, por las armas. Entre estos últimos destaca el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, que en 1984 lanzó su guerra contra el Gobierno turco, que ha provocado 37 mil muertes.
Los nacionalistas kurdos consideran que el Kurdistán es una de las mayores naciones sin Estado. Agrupa alrededor de 25 millones de personas, repartidas en seis Estados: Turquía, Irak, Siria, Irán, Armenia y Azerbaiyán.
El PKK es el más beligerante de los grupos kurdos que luchan por constituir un Estado. Nació con el membrete marxista-leninista, pero hace ya muchos años se despojó de esta ideología. Su líder máximo es Abdulá Ocalan, que está encarcelado en Turquía desde 1999.
Tras la primera guerra del Golfo (1991), Saddam Hussein perdió el control sobre el norte de Irak, de mayoría kurda, y la zona disfrutó de una independencia “de ipso”, aunque con enfrentamientos entre las dos principales facciones guerrilleras kurdas. Tras la caída de Saddam Hussein, el Kurdistán iraquí goza de una amplia autonomía, en la que han buscado refugio los activistas del PKK.