Bety dio su testimonio de cómo logró alejarse de una vida de violencia.
Una joven mujer da testimonio de las agresiones que vivió al lado de su pareja por más de un año y medio, y que tras apoyarse en el programa de atención a víctimas de violencia familiar denominado Esmeralda lleva una vida plena y feliz, pues a cada momento que se sentía agredida o deprimida llamaba al número de atención a personas afectadas 066 y recibía orientación por parte de profesionales en psicología, trabajo social y en derecho, según fuera el caso por el que estuviera pasando.
El programa Esmeralda, que por medio del número de emergencia 066 atiende a los usuarios durante las 24 horas los 365 días del año, recibe más de diez llamadas diarias de personas, en su mayoría mujeres que han sido o están siendo violentadas por sus maridos o por cualquier otra gente, teniendo como objetivo darles en primera instancia un apoyo moral al escucharlas y orientarlas para posteriormente canalizarlas a instancias tales como el Sistema DIF, a los centros de atención a mujeres, a terapias con psicólogas y, dependiendo el caso, las asesora legalmente para proceder en contra del agresor.
TESTIMONIO
Bety declaró que durante más de un año y medio estuvo soportando agresiones de todo tipo por parte de su pareja y no sabía a quién acudir para poder liberarse de ese tormento hasta que en una ocasión que fue golpeada por su marido le habló a la Policía para que la apoyaran y tras detener a su cónyuge le aconsejaron que se comunicara al teléfono 066 para que recibiera apoyo por parte de psicólogas, trabajadoras sociales y abogadas.
Narró: “Me acuerdo que estaba muy nerviosa y dañada, pero aun así hable al citado número y me atendieron muy bien, me apoyaron y me orientaron sobre lo que tenía que hacer para salir de este martirio; de ahí en adelante me acerqué más a las personas que atienden el programa Esmeralda y en cada ocasión que me sentía agredida o deprimida me comunicaba hasta por más de media hora para que me ayudaran”.
Agregó que después de conocer Esmeralda se propuso poner un “hasta aquí” a la vida que había llevado de malos tratos, y gracias a los consejos del personal que trabaja para dicho programa, que pertenece a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, en la actualidad vive muy feliz, aseguró.
Comentó: “Antes mucha gente me decía que dejara a mi pareja, pero él era una persona muy aferrada y machista y tenía miedo de separarme porque creía que me iba a hacer algo; sin embargo, en Esmeralda me enseñaron a saber que lo más valioso de la vida soy yo misma y que primero tengo que ver por mí”.
Continuó: “Ya tengo casi un año que me comunico a Esmeralda cada vez que necesito de apoyo y aunque no conozco personalmente a las personas que me atienden siento que son mis amigas porque he recibido mucho de ellas”.
Por último, añadió: “Yo les digo a las personas que sufren lo que yo pasé, que se animen, que es muy bonita la vida sin un hombre machista, que se animen a seguir adelante, que se acerquen al programa, es bueno eso porque nos orientan y nos dan mucha paz, sobre todo para que no nos traten mal; yo las invito a que llamen y que se animen a salir adelante, que podemos salir adelante solas, tenemos la decisión en nuestras manos”.