Por fuera sólo estaba cerrada la SEED. Por dentro el ambiente era diferente, sobre todo por la música.
Un sonido con música de banda en el patio central de la Secretaría de Educación del Estado de Durango (SEED). Cientos de maestros tomando el sol. Otros comiendo gordas, refrescos, taquitos y aprovechando el césped de la dependencia esperando respuestas.
La visita a la SEED era extraña. Por todos lados se observaba a maestros descansando, platicando. Algunos de repente bailando al son de la música de banda. Incluso algunas maestras compartiendo sus clases de tejido y estambre.
Todos se veían y se daban las gracias. ¡Gracias por su apoyo maestro, gracias!, y algunos de ellos mostraban el pulgar en señal de “la unión hace la fuerza”.
Por el otro lado de la ciudad, frente a la Sección 44, un verdadero y nutrido grupo de maestros y trabajadores administrativos había tomado desde temprano la avenida Dolores del Río o Enrique Carrola Antuna. No les importó las consecuencias y la afectación a terceros.
Ellos tomaron las calles y no fueron removidos. Al contrario, fueron apoyados por autoridades de Vialidad desviando el tráfico.
Muchos automovilistas se quejaron de estas manifestaciones. Muchos ciudadanos calificaron como absurdo el movimiento de los maestros.
Incluso varios de ellos externaron que lo primero que deben hacer los maestros es ponerse a trabajar, pues afirman que de por sí México se encuentra reprobado en conocimientos, en niveles de aprovechamiento, y todavía añaden menos trabajo, pero cuando se trata de sueldo ahí si ponen el grito en el cielo.