Banco de cerebros apoya investigación sobre Alzheimer
En el mundo, el Alzheimer es una enfermedad degenerativa que afecta a 20 millones de personas, de las cuales 360 mil son mexicanos.
¿Sabía usted que las personas con un nivel de estudios superior, tienen una reserva cerebral extra y por tanto, mayor resistencia a los síntomas de la enfermedad de Alzheimer?
Aprender nuevos idiomas sobre todo en edades avanzadas, incrementar los niveles de estudio, realizar cuando menos un crucigrama o un Sudokus al día, leer novelas policiacas o de misterio, podrían contribuir a un menor deterioro mental, asegura el doctor Óscar Ugalde Hernández, coordinador de la Clínica de Psicogeriatría del Instituto Nacional de Psiquiatría, Ramón de la Fuente.
Sin embargo, de acuerdo con los especialistas, es necesario investigar en qué consisten las enfermedades neurodegenerativas humanas, especialmente el mal de Alzheimer (EA), de ahí la necesidad de que se precisen cerebros humanos post-mortem y también el origen de contar con un Banco de Cerebros en México.
En rigor, la investigación de esta enfermedad, únicamente puede realizarse en el cerebro de personas que fallecieron por este padecimiento, ya que no hay ningún modelo animal adecuado en el que se puedan reproducir las lesiones características, que han sido relacionadas con el Alzheimer. También se requiere de cerebros sanos para que sean comparados con los encéfalos invadidos por la enfermedad, aseguran.
“Los casos de Alzheimer aumentarán sensiblemente en nuestro país ante el incremento en la esperanza de vida de la población mexicana, por lo que el diagnóstico temprano del padecimiento es fundamental”, enfatiza a su vez, el neurólogo Raúl Mena López, titular del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto PN, (Cinvestav) y pionero del Banco de Cerebros en México, único en América Latina y la República Mexicana; el cual, tiene actualmente bajo custodia 17 cerebros donados para la investigación y búsqueda de modelos moleculares que permita resolver en lo posible, el enigma que representa la enfermedad.
En países con una alta expectativa de vida como lo es México, la enfermedad de Alzheimer (EA) se ha convertido en un problema creciente en el orden médico, psiquiátrico, neurológico, epidemiológico, social y económico.
Estudios del Consejo Nacional de Población indican que cerca de medio millón de mexicanos mayores de 60 años padecen Alzheimer y en menos de 10 años podría triplicarse esta cifra, si se considera que la población mayor tiende a crecer vertiginosamente, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el mundo, el Alzheimer es una enfermedad degenerativa que afecta a 20 millones de personas, de las cuales 360 mil son mexicanos. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud, se contempla que para el año 2025 este número rebase el millón de pacientes debido a que el envejecimiento de la población hace prever un incremento de la enfermedad.
“Uno de los avances más importantes en la última década ha sido la demostración de que la EA no produce un deterioro cognoscitivo global desde el comienzo de la enfermedad, sino un patrón evolutivo relativamente predecible a lo largo de distintas fases clínicas”, continúa Mena López.
A este respecto, en fechas recientes Mena López, -quien se capacitó en la administración, almacenamiento y manutención de encéfalos en Montreal, Canadá- ha enviado sus últimos hallazgos al Journal of Alzheimer’s Disease, lo cual sitúa sus investigaciones a nivel internacional.
El neurólogo mexicano, ha creado un modelo para experimentar la cura del Alzheimer (a través de la proteína TAU) lo cual permitirá el desarrollo de terapias más eficaces.
“La enfermedad de Alzheimer, continúa siendo una ecuación con múltiples variables por resolver. Sin embargo, nos interesa analizar sus primeras manifestaciones; descubrir qué fenómenos se asocian al envejecimiento de las neuronas y cual es su origen íntimo, para revertir el proceso de degeneración a tiempo a través de nuevos medicamentos, ya que al no conocerse las causas relacionadas directamente con la EA, en nuestros días no existe un tratamiento farmacológico para controlarla o curarla definitivamente, lo cual condena a los enfermos a fallecer después de un largo proceso degenerativo y discapacitante que puede oscilar entre 2 y 20 años de evolución”, dice.
Estos últimos hallazgos abren líneas interesantes, pues a decir del especialista se ha encontrado que la proteína Tau presente en las neuronas, se modifica hasta trasformarse en cristales que vistos a través de un microscopio simulan una especie de marañas celulares, implicadas en la formación de estructuras aberrantes en el cerebro.
“Probablemente la proteína Tau sea una de las claves, pero se ha visto que la principal y única comprobada es envejecer”.
El objetivo es entender mejor la enfermedad y proponer nuevas vías terapéuticas”, concluye.
Donar el cerebro
A su vez, el procedimiento del manejo del cerebro para fines de investigación comprende varias etapas que inician con la recepción del cadáver donador para la autopsia.
En México, la autopsia puede ser efectuada en cualquier hospital cuyas autoridades consientan la recepción del cadáver y extracción del encéfalo del donante.
En la práctica, la extracción del tejido se realiza varias horas después de la defunción, (esto dependerá de la procedencia del donante), pero siempre en un tiempo menor a 24 horas.
En cada caso, el personal médico del Banco de Cerebros entra en contacto con el médico que conoció y trató en vida al donante, a quien se le solicita un informe clínico.
El registro de datos clínicos es esencial para el funcionamiento del banco, aseguran.
La donación de cerebros se efectúa bajo reglas éticas estrictas con la exigencia de que el consentimiento para la autopsia sea firmado ya sea por el propio paciente, el pariente más cercano o por un representante legal; además de que se recomienda la firma de dos testigos imparciales de acuerdo con los lineamientos de la Ley General de Salud vigente en México.
“Ningún patólogo realizará la autopsia o extracción de órganos si no cuenta con el consentimiento legal propiamente firmado” asegura Mena López.
Cabe destacar que si el paciente donante falleciera en su domicilio en el Distrito Federal, una carroza funeraria se encargaría del traslado del cuerpo al Hospital General de México (HGM), institución que ha apoyado decididamente al Cinvestav desde el inicio de las funciones del Banco de Cerebro.
El doctor Mena López asegura que existe una gran falta de información entre la población general sobre la necesidad de las donaciones de cerebros, desmotivación para llevar a cabo las mismas; así como cierta desconfianza frente a los trámites burocráticos y complicaciones de los traslados para autopsias de los posibles donantes de cerebros con Alzheimer.
El concepto de Banco de Cerebros es definido como el establecimiento físico y funcional de recolección y almacenamiento de tejido cerebral en condiciones óptimas para ser utilizados en las diversas técnicas de proyectos de investigación de enfermedades neurodegenerativas como lo es el Alzheimer, de acuerdo con el biólogo José Luna Muñoz, doctor en Ciencias Biológicas y de la Salud del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.
