Líderes en salud Salud ENFERMEDADES NUTRICIÓN ESPECIALISTAS

Beber agua no basta para hidratar la piel

EL UNIVERSAL

RECOMENDACIÓN| BEBER DOS LITROS DE AGUA AL DÍA A VECES NO BASTA PARA HIDRATAR NUESTRA PIEL.

El agua es responsable de la elasticidad y la tonicidad de la piel; cuando ésta posee niveles óptimos de hidratación, tiene una apariencia elástica, suave y joven.

MÉXICO, D.F.- Nuestro cuerpo está compuesto en 70% de agua; sin embargo, sólo 20% de ésta se halla en la dermis y la epidermis y, desafortunadamente, se pierde con facilidad debido a las agresiones externas.

De forma natural, nuestra piel cuenta con un mecanismo de hidratación que regula y protege el cuerpo de las condiciones externas (frío, calor, viento) y del exceso de sudoración o de infecciones que provocan pérdida de líquidos.

Desafortunadamente, esta capacidad autorreguladora se puede alterar por diversos factores.

-Internos: algunas enfermedades como la ictiosis, la psoriasis o los eczemas, que provocan una alteración de la capa córnea de la piel y producen escamas visibles, impiden que se fije el agua. Ciertos medicamentos (como los hormonales) perturban el metabolismo cutáneo y provocan desecamiento.

Asimismo, con el paso de los años la piel pierde flexibilidad y su capacidad para retener el agua, lo que conlleva a una mayor deshidratación cutánea.

-Externos: las agresiones del ambiente son las más importantes. Con el frío o el calor extremos, la piel pierde agua y nutrientes y se seca. La película hidro-lipídica es vulnerable y aumenta con rapidez la pérdida de agua, provocando una profunda deshidratación. El viento, el aire acondicionado y la calefacción también provocan la evaporación del agua en la superficie de la piel.

Ocurre lo mismo con el uso de productos de limpieza inadecuados, que pueden perturbar la epidermis.

Otros: dietas mal planeadas, tabaquismo, consumo frecuente de alcohol, etcétera.

Un adversario más: las estaciones. En primavera y verano el aire es caliente y, además, se suele exponer el cuerpo más al Sol, lo que lo hace sudar. Todo esto ocasiona una fuerte deshidratación. Si no se protege la piel, le llegan incluso aparecer manchas.

Por otro lado, en otoño e invierno, el viento, el frío y la calefacción se convierten en grandes enemigos. Por si fuera poco, en esta temporada la mayor cantidad de ropa entorpece el proceso de eliminación de células muertas de la piel.

La piel se regenera de forma natural cada 28 días, aproximadamente, separando las células muertas del resto de los tejidos.

Ante la falta de hidratación, esas células permanecen agrupadas en la superficie de los tejidos, y esto provoca que la piel tenga un aspecto seco y agrietado.

Hidratar nuestro cuerpo todos los días es indispensable, no sólo cuando estamos consientes de que lo hemos sometido a un abuso. Es un error esperar a que los efectos de la deshidratación sean visibles; de hecho, cuando sentimos sed es señal de que nuestro organismo ya perdió 2% del agua. La deshidratación afecta por igual a todo tipo de pieles; incluso hay cutis grasos deshidratados.

Las zonas más afectadas son el contorno de ojos y mejillas, donde la falta del vital líquido produce sensación de molestia y tirantez. En casos agudos, también hay descamación.

La falta de agua provoca la aparición de líneas de expresión, falta de firmeza, rugosidad al tacto, aspereza, piel más gruesa en las zonas grasas, tez apagada y falta de luminosidad; y, para colmo, hace que el maquillaje no perdure.

El agua es responsable de la elasticidad y la tonicidad de la piel; cuando ésta posee niveles óptimos de hidratación, tiene una apariencia elástica, suave y joven.

Por ello es necesario proporcionar un suministro continuo desde dentro, bebiendo un mínimo de dos litros de agua cada día.

La mala noticia: cuando la piel está muy seca y la capacidad de autorregulación de la hidratación es defectuosa, beber agua no es suficiente y se deben recurrir a productos especializados.

En el mercado se ofrecen diversos productos hidratantes que tratan de forma global la deshidratación, no sólo la causada por el clima y el estrés, sino también la que tiene relación con la edad.

Además de restaurar el equilibrio cutáneo, favorecer la circulación del agua y su fijación en la piel; otros, reactivan los mecanismos naturales de hidratación que se han visto retardados por el envejecimiento celular, gracias a la combinación de activos vegetales, minerales y aromáticos.

Los productos de belleza actúan sobre la dermis (aumentando el manto hídrico), en la epidermis (activando y aumentando la circulación del agua entre una célula y otra) y en la capa córnea (reteniendo y fijando el agua para restaurar su función de barrera natural).

Leer más de Líderes en salud

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Líderes en salud

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 261362

elsiglo.mx