El papa Benedicto XVI se reunió hoy en audiencia con los representantes de la Internacional Demócrata de Centro (IDC), a quienes dijo que la lucha contra el terrorismo no puede significar nunca la renuncia a los principios del Estado de Derecho.
Benedicto XVI explicó que el terrorismo representa "un fenómeno gravísimo" y que "la sociedad tiene el derecho de defenderse" pero "con el pleno respeto de las reglas morales y jurídicas".
"En los sistemas democráticos el uso de la fuerza no justifica nunca la renuncia a los principios del Estado de Derecho", añadió.
En su discurso, el Pontífice pidió los representantes de la Internacional Demócrata de Centro (IDC), que se reunieron ayer y hoy en Roma, que se esfuercen para que "no se difundan, ni se refuercen ideologías que pueden oscurecer las consciencias y confundir el bien y el mal".
Sobre estas ideologías, el Papa advirtió que existe en el campo económico una tendencia "que identifica el bien con el beneficio, de tal manera que disuelve la fuerza del ethos (ética) desde su interior".
Asimismo, denunció que "hay quien considera legítima la eliminación de la vida humana en su fase prenatal o terminal".
Y agregó, que es preocupante la crisis en la que se encuentra la familia, que según el Papa "es una célula fundamental de la sociedad fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer".
Según Benedicto XVI cuando "la verdad del hombre es ultrajada, y las bases de la familia son minadas, se amenaza la paz, y se va hacia injusticias y violencias".
Además, recordó a los políticos la necesidad de defender la libertad religiosa, que "comprende también el derecho a cambiar de religión", y que tiene que ser garantizado "no sólo jurídicamente sino también en la práctica cotidiana".
"Todas las tradiciones auténticamente religiosas tienen que poder mostrar públicamente su propia identidad, sin estar obligadas a esconderla o camuflarla"
El Papa también resaltó que "la coherencia de los cristianos es también indispensable en la vida política".
Señaló que "el objetivo de la Iglesia es servir a la formación de la consciencia en la política y contribuir en ella para que crezca la percepción de las verdaderas exigencias de la justicia".