El Papa Benedicto XVI recibe en audiencia privada a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, en su Biblioteca privada en el Vaticano. (EFE)
El papa Benedicto XVI recibió hoy en audiencia a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, con quien analizó la situación socio política del país andino y su papel en América Latina, así como temas como la vida humana, la familia, los derechos humanos, la justicia y la paz.
Benedicto XVI y Bachelet hablaron a solas durante 40 minutos, tiempo superior al dedicado normalmente por el Pontífice a las audiencias, lo que significa, según resaltaron tanto fuentes vaticanas como chilenas, la importancia que el Papa dio a la cita y su "amor" por Chile.
"El cordial coloquio ha permitido un intercambio de información y reflexiones sobre la situación socio política de Chile y su papel en América Latina", informó el Vaticano en un comunicado, en el que precisó que el Papa y Bachelet analizaron temas relacionados con la vida humana, la familia, la educación, los derechos humanos, la justicia y la paz y la situación internacional.
También se subrayó el compromiso "positivo" de la Iglesia Católica en la sociedad chilena, sobre todo en los ámbitos sociales y educativos.
Bachelet dijo tras la audiencia que habló con el Papa del papel de la Iglesia católica en los "tiempos difíciles" de la dictadura chilena y recordaron la figura de, entre otros, del cardenal Silva Henriquez, y de Juan Pablo II, que propició la mediación de la Iglesia para evitar el enfrentamiento entre Chile y Argentina por el conflicto limítrofe del canal de Beagle, solucionado en 1984.
"Hemos hablado de cuestiones éticas, de los problemas de la sociedad chilena y de cual es el sello de mi Gobierno, que tiene al ser humano en el centro de sus acciones", dijo Bachelet.
La presidenta resaltó "la fuerte sintonía" con Benedicto XVI, con el que coincidió -dijo- en trabajar por un mundo mejor, más justo, donde todos estén comprometidos.
Bachelet pidió al Papa que "rece y ore" por los chilenos y le invitó a viajar a Chile, resaltando lo importante que fue la visita de Juan Pablo II en 1987.
"Benedicto XVI es un Papa cordial, bondadoso, muy inteligente, conocedor de Chile", añadió la presidenta, que se sintió "muy gratificada" por el tiempo que le dedicó.
En su encuentro con la prensa, Bachelet destacó "la tremenda sintonía" con el Papa y añadió que hablaron también del desarrollo de la juventud, de la marginación, de las familias rotas y de la contribución de la Iglesia, "a la tenemos siempre presente cuando se tratan temas de estado".
La presidenta contó a Benedicto XVI que ella es una humanista laica, agnóstica, y que el Papa subrayó que lo importante son los valores del ser humano".
Bachelet, ataviada con un traje de chaqueta negro, llegó al Vaticano acompañada de un séquito de quince personas y fue recibida por Benedicto XVI en la puerta de su biblioteca, donde le dio la bienvenida.
La presidenta, hablando en alemán, le agradeció la audiencia y le expresó el cariño de todos los chilenos.
El encuentro a solas se desarrolló en español y alemán (idioma que habla Bachelet) y tras el cual se incorporaron a la audiencia los presidentes del Senado, Eduardo Frei Ruiz Tagle; de la Corte Suprema, Enrique Tapia; y de la Cámara de Diputados, Patricio Walker.
Del séquito también formó parte la hija de Bachelet, Sofía, y el futbolista Nicolás Medina, de la selección nacional sub-20, del que la presidenta resaltó que juega en España.
La presidenta chilena regaló al Papa una escultura de artesanía popular que representa el carro de la fiesta de Cuasimodo, una de las más típicas y sentidas de Chile y un libro de fotografías de cuarenta iglesias chilenas.
Bachelet resaltó el compromiso de su Gobierno por restaurar los templos destruidos por los terremotos.
El Papa regaló a Bachelet la medalla del Pontificado en oro y un rosario.