LA ARTRITIS ENCEFALITIS CAPRINA VIRAL (CAEV)
Es una infección viral de las cabras que puede transformarse en una enfermedad crónica de las articulaciones o bien manifestarse de forma nerviosa con parálisis de tercio posterior e incluso mamitis. Los animales jóvenes son los más afectados por los síntomas de parálisis pero esta sintomatología se puede detectar en todos los rangos de edad.
El virus del CAE está íntimamente asociado con las células blancas de la sangre (leucocitos); por esta razón cualquier secreción del cuerpo que contenga estas células blancas de la sangre es potencial fuente de contagio del virus para las otras cabras del rebaño. Por supuesto no todas las cabras que resultan infectadas con el virus del CAE manifiestan la enfermedad, por ello es importante someter a las cabras a un test serológico rutinario para que se puedan detectar los anticuerpos víricos en el suero.
Es importante recordar que las pruebas serológicas muestran el estado de la infección en la cabra, es un elemento para determinar la asignación de un factor de riesgo y fijar los programas de control del virus CAE dentro de una explotación. El test que se utiliza normalmente para el diagnóstico es el de ELISA y es muy sensible. Lo que se determina es la reacción del organismo frente a la infección con el virus por medio de anticuerpos, cuantificando la cantidad que de éstos hay en el suero.
Las vías de contagio más comunes del virus, son de la siguiente manera: El virus CAE empieza a transmitirse a los cabritos a través del calostro en las primeras mamadas después del nacimiento. se considera la segunda vía más común de contagio, por medio de la sangre, ya sea por las heridas abiertas, los instrumentos contaminados, etc. La transmisión por contacto entre cabras adultas es considerada rara.
Al realizar un análisis y nos indica un resultado positivo, significa que la cabra ha sido infectada con el virus CAE y ha producido anticuerpos reactivos con los antígenos CAE usados en el test. Esa cabra es considerada como un potencial foco de contaminación especialmente si está lactando. Los anticuerpos contra el CAE no son anticuerpos protectores y sin embargo se detectan fuertes reacciones de anticuerpos en el test. El 75% de las cabras positivas puede estar libre de síntomas clínicos de la enfermedad y quedarse así durante años o por toda la vida. Una cabra joven que ha recibido el calostro contagiado con anticuerpos CAE puede también dar positivo en el test durante varios meses porque ha recibido anticuerpos de la madre transferidos de forma pasiva por medio de la leche. Se recomienda volver a efectuar el test a ese animal entre seis y nueve meses de edad para determinar su estado.
Un resultado negativo significa que esta cabra no está infectada o no ha sido infectada recientemente y está produciendo anticuerpos en cantidad muy pequeña como para ser detectados. Si bien el último caso no aparece ser común, es una buena razón para volver a analizar todas las cabras negativas cuando no están en local cerrado. Las cabras que han dado resultado negativo se tendrían que testar periódicamente (dos veces en un año el primer año y anualmente posteriormente).
Un resultado sospechoso puede reflejar: cabras infectadas recientemente, animales jóvenes que han recibido calostro conteniendo anticuerpos o animales reaccionando anormalmente en el test.
El calostro de cualquier origen debe calentarse entre 133º y 138º F ( 56º y 59º C) y mantenerse a esta temperatura durante una hora para inactivar el virus. Un termómetro exacto es importante. Si se calienta a más de 140ºF (65º C), la composición proteica del calostro se verá alterada.
Inicialmente se aconseja analizar unas dos veces al año a las cabras, posteriormente con una frecuencia de un test anual para los rebaños que han dado negativo, realizándose éste antes de la época del parto.
Cualquier animal que entre nuevo al rebaño tiene que ser sometido a cuarentena y testado dos veces (por lo menos aislado durante 30 días) antes de incorporarlo con los otros animales negativos.
Los rebaños que tienen animales positivos y negativos, estos últimos tendrían que ser analizados con más frecuencia para poder ajustar el orden del ordeño de manera que los animales negativos sean ordeñados primero, además de incluir medidas de separación de las madres al parto tratamiento de calor del calostro suministrado.
No existe tratamiento, por lo que la única solución es la erradicación del virus mediante la eliminación de los animales infectados y la separación de la recría de sus madres para evitar la infección que se produce a través de la leche. Para ello, los cabritos destinados a reposición deben separarse de sus madres antes de que mamen y administrarles calostro inactivado a 56º C o calostro bovino, lo que implica un riguroso control de los partos. La eliminación de los animales serológicamente positivos es una medida que no permite erradicar totalmente la presencia de la infección en un rebaño, pero que puede reducir la prevalecía de la infección. La elección de una u otra medida o, mejor de una combinación de ambas, depende fundamentalmente de consideraciones económicas relacionadas con la extensión de la infección, la incidencia de casos clínicos y la disponibilidad de instalaciones y mano de obra.
No hay datos que demuestren que el virus CAE contamine a los humanos.
A todos los caprinocultores, se les recuerda que se vislumbran tiempos mejores, Amino Laguneros.