FERNANDO CRUZ CASTILLO
LA CRIANZA DEL PIE DE CRÍA CAPRINO
En esta época es cuando la mayoría de los caprinocultores está criando a los reemplazos o pie de cría, por lo cual no está de más el recomendarles extremar las medidas preventivas para un mejor fruto de sus objetivos, que es el común de todos, el obtener unas excelentes hembritas, que con el transcurso del tiempo vendrán a ser el pie de cría del rebaño o establo.
En algunas ocasiones todo funciona muy bien, por algún tiempo y repentinamente comienzan los problemas; aparece la diarrea, la neumonía, los problemas de inflamación de las rodillas y comienza a subir la taza de mortalidad. De repente los problemas desaparecen.
Unos hablan de mala suerte pero la causa general es variabilidad en el manejo. Hubo un descuido en la atención de los principios básicos y luego se regresó al buen manejo. Antes de examinar algunos de esos principios quisiera darles una recomendación. Si usted no tiene problemas con las crías, no cambie nada. Lo que está haciendo puede estar mal hecho, pero si funciona está correcto.
El cabrito recién nacido es un individuo tomado por sorpresa ¿Se imaginan salir de un ambiente caliente, amortiguado y suave para caer en un ambiente caluroso, duro y sucio? Por más que se condicione el nacimiento es traumático. la mayoría de los caprinocultores ha aprendido a tomar ventaja de aquellos que auxilia en el nacimiento y ha adicionado algo de su propio ingenio. Tan pronto nazca el cabrito hay que atenderlo perfectamente. Se le quita cualquier membrana o mucosidad que está adherida a la boca y a la nariz. Si no da señales de vida, se le pueden activar sus pulmones para empezar a respirar comprimiéndole y dilatándole el tórax alternativamente con las manos. Por lo común, la cabra se preocupa mucho por su cría y comienza a lamerlo vigorosamente. Si no lo hace habrá que secarlo bien con un pedazo de tela.
Al momento del nacimiento, el cabrito está esencialmente desprovisto de las defensas (Inmunoglobulinas) con las cuales combate las infecciones: No posee Vitamina A en su sistema. En cierta forma está pobremente equipado para resistir al frío. El recién nacido es susceptible a contraer enfermedades, cuyos gérmenes se le introducen por la boca o el cordón umbilical. Para prevenir infecciones del ombligo, líguese y aplíquese tintura de yodo inmediatamente después de nacer y córtese a 4 dedos de distancia.
Aplíquele tres ml de Oxitetracilicina, 3 ml de Vitaminas ADE.
El cabrito normal se pone en pie a la media hora de nacido, y comienza a mamar. Se le debe animar a que mame porque es esencial que ingiera la primera leche de la madre o sea el calostro. Debe mamar una buena cantidad de este calostro en repetidas ocasiones, toda vez que está destinado por la misma naturaleza para preparar a la cría a vivir en el nuevo medio y además de que ayuda a limpiar el aparato digestivo, le suministra proteínas e inmunoglobulinas que le sirven de protección contra bacterias nocivas que tienen acceso al aparato digestivo. Por consiguiente para que adquiera inmunidad normal contra las infecciones que producen las bacterias, es indispensable que el cabrito tome el calostro. Ya que su intestino es como un aspirador, listo para absorber y pasar directamente las defensas presentes en el calostro, a la sangre. Esto provee al animal de una "Inmunidad instantánea" a las enfermedades de la región.
La limpieza en el sitio donde ocurre la parición debe ser general. Así mismo es recomendable el disponer de corrales para este evento, el parto, donde se colocan las cabras más próximas a parir, hasta el día que ellas paran. Estos corrales deben estar cerca de la casa de forma que tenga fácil acceso a la vigilancia. Es importante además de la ronda diurna tener una nocturna, la cual puede ser a la media noche, esto pudiera salvar a un cabrito o a la cabra, al presentarse un parto distócico o algún otro problema.
Estos corrales deben estar limpios, nivelados, sin piedras u objetos extraños; deben estar provistos de bebederos, techos y comedero.
Gran parte el éxito en la crianza de cabritos, reside en el
administrar adecuadamente el calostro. Esto se ha predicado por muchos años pero necesita ser enfatizado, especialmente en rebaños grandes donde el manejo se vuelve complejo.
La crianza de los cabritos, podemos decir que es un arte, siempre y cuando se involucre uno en el manejo. En este negocio hay aspectos interesantes que mencionar como lo es la participación de la mujer, quien realiza este trabajo de amamantar a la cría mejor que el hombre.
El buen cuidado del cabrito depende del caprinocultor y de los empleados que laboran en el establo, el conocimiento está allí, sólo se toma algo de tiempo e interés para que el trabajo alcance las metas fijadas.