EL RASTRO DE GANADO CAPRINO DE LA U.C.L.A.S.A.
El día 20 de enero de 2005, inició labores el rastro de cabritos de la Unión de Caprinocultores de La Laguna (U.C.L.A.S.A.) sacrificando ese día 86 cabritos y en los días subsiguientes se incrementó el número de cabritos sacrificados.
Con la finalidad de acabar con el intermediarismo y tratar de que los caprinocultores de la región obtengan una retribución más equitativa, de acuerdo a su trabajo, la Unión de Caprinocultores de la Región Lagunera de Coahuila y Durango, que dirige el Ing. Antonio Martínez Vázquez, se propuso la creación de un rastro con sus diferentes áreas: de sacrificio, corte, empaque y frigorífico, específicamente para el ganado caprino, en la ciudad de San Pedro, Coahuila.
Este rastro pretendía alcanzar la certificación Tipo Inspección Federal “TIF”, con la finalidad de lograr mejores precios para las canales de los cabritos, lo cual no se pudo alcanzar y decimos esto porque ha dejado de funcionar, lo cual es muy lamentable, ya que eso es lo que siempre han pretendido los “coyotes de dos patas” sin ofender a tan noble animal del desierto. Dichos individuos, primordialmente lo venden en las ciudades de Monterrey N.L., principal consumidor del cabrito del norte del país, le siguen en importancia otras ciudades como Guadalajara, Estado de México, el Distrito Federal, Nuevo Laredo, Saltillo y Ciudad Juárez. A nivel regional existe un mercado constituido por restaurantes dedicados a la venta del citado producto, así como cadenas comerciales y carnicerías.
La carne de ganado caprino es muy apreciada por el pueblo mexicano, ya que después de la conquista, los españoles comenzaron a traer varias especies, entre ellas el ganado caprino, estableciéndose desde entonces, una perdurable aceptación por los productos caprinos en gran parte del país, el consumo de carne y subproductos lácteos de cabra se convirtieron en una costumbre y de esta forma platos como “la barbacoa”, “el chito”, “la birria”, quesos y dulces, fueron aceptados por las diversas capas de la población; sin embargo, en nuestros días, éstos se conceptúan como de lujo, -en cierta forma por los intermediarios- ya que estas personas son los que incrementan el precio a su conveniencia, pagándoles a los caprinocultores a $180.00 - $250.00 el cabrito y estas personas lo venden en $500.00 o más.
Para la creación de este rastro se contó con el apoyo de la SAGARPA, FIRCO, Gobierno del Estado de Coahuila, Secretaría de Economía, Presidencia Municipal de San Pedro Coahuila, FIRA, Financiera Rural y la UCLASA., toda una mezcla de recursos que cristalizó en dicho inmueble, que ojalá Dios quiera y las referidas dependencias se lo traspasen a los caprinocultores de CAPRILAG, ya que desde el funcionamiento de dicho rastro, se reflejó el incremento al precio del cabrito, pues con esto los “coyotes” tuvieron que mejorarlo.
Para que este rastro de cabritos vuelva a funcionar, se requiere: que las autoridades involucradas lo apoyen, con la prohibición de que del estado de Coahuila no salga ganado caprino en pie, salvo cuando es destinado a la reproducción, sólo se permite la comercialización de canales de ganado caprino, esto que se pretende, se realiza en varios estados del país, como lo es el estado de Tabasco, en el cual sólo sale ganado bovino en canal.
Otro de los objetivos, es el de lograr la autorización a rastro T.I.F., para mejorar el precio del cabrito.