Big Mac celebra su 40 cumpleaños con museo propio
El Big Mac, la célebre hamburguesa con queso que se ha convertido en símbolo del capitalismo estadounidense y hasta punto de referencia para economistas de todo el mundo, celebra su 40 aniversario en plena forma y hasta con un museo propio en el estado de Pensilvania, EU.
Estas dos hamburguesas de carne de vacuno, lechuga, cebolla, pepinillo y queso fundido tipo Cheddar untadas en una salsa especial y encerradas en un pan recubierto con semillas de sésamo son, a sus cuarenta años, el paradigma de la comida basura y de la cultura estadounidense.
Para celebrar por todo lo alto el aniversario de la más famosa hamburguesa de la cadena de comida rápida McDonald's, su creador, Jim Delligatti, inauguró esta semana un museo-restaurante Big Mac en North Huntingtonm, Pensilvania.
El museo de Delligatti hará las delicias de los amantes de esta hamburguesa con queso, que cumple los cuarenta siendo la más consumida de McDonald's y un icono culinario en todo el mundo.
Los visitantes de este museo pueden no sólo celebrar el aniversario comiéndose la susodicha hamburguesa, sino también fotografiándose ante la que, según los propietarios del museo, es la mayor estatua del mundo de Big Mac, de cuatro por tres metros.
Delligatti, de 89 años, vendió su primer Big Mac en agosto de 1967 en la franquicia que McDonald's tenía en Uniontown, Pensilvania y lo ofreció a 45 centavos de dólar, frente a los 2.69 dólares que cuesta ahora en Estados Unidos.
Sin embargo, al creador le costó un año convencer a los responsables de la cadena de comida rápida de que el Bic Mac tenía futuro y se debía vender en los otros mil restaurantes que la empresa tenía por entonces repartidos por Estados Unidos.
Su primera incursión en el extranjero fue en 1968, cuando empezó a exportarse a Canadá.
La popularidad del Big Mac es tal que el semanario económico The Economist ha elaborado el llamado "índice Big Mac", que consiste en comparar lo que cuesta esta hamburguesa en cada país, con el objetivo de comparar los costes de vida y saber si las monedas están sobrevaloradas con respecto al dólar estadounidense.
Esa fama mundial ni siquiera parece haberse resentido a causa del documental "Super Size me", con el que su director, Morgan Spurlock, denunció en 2004 las desastrosas consecuencias para la salud de comer durante un mes en McDonald's y el problema de la obesidad en Estados Unidos.
El documental, que sentó como una patada en el estómago a la cadena de comida rápida, con más de 31 mil establecimientos en un centenar de países, únicamente sirvió para que la empresa retirara de Estados Unidos el "Mega Mac", la versión más grande.
Tras el rodaje del documental, Spurlock ganó once kilos, su hígado estaba intoxicado y el colesterol y el índice de grasa corporal le habían subido considerablemente.
Los estadounidenses, con 550 millones de Big Macs vendidos al año, parece que han hecho oídos sordos a las advertencias de Spurlock, pues lideran el escalafón de consumidores de estas hamburguesas con queso, seguidos de los japoneses, que engullen 100 millones al año.
En 1998, la localidad californiana de Irwindale fue denominada "capital del Big Mac", después de que un estudio revelara que cada habitante comían una media de 337 al año.