Urgen a analizar lo más pronto posible los gases contaminantes que emitirían los vehículos con biocombustibles.
Con tecnología que utilizan países de Europa, Estados Unidos y Canadá, el Laboratorio de Emisiones Vehiculares y Ensayos de Motores del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) toma muestras para conocer las emisiones contaminantes de los biocombustibles como el etanol, y además se alista para revisar también las emisiones de los “autos chocolate”, automóviles extranjeros con más de 10 años de uso que ingresan al país sin documentos legales.
Los responsables del laboratorio del IMP subrayan la necesidad de analizar lo más pronto posible los gases contaminantes que emitirían los vehículos automotores con etanol y otros biocombustibles pues antes de la experiencia no se puede aseverar si disminuirán las emisiones y mejorará el rendimiento por kilómetro que con el actual combustible.
“No sabemos qué pueda suceder, estamos a 2 mil 240 metros de altura y por ello hay una reducción de oxígeno ambiental del 23%, el proceso de combustión es diferente y nuestra flota vehicular si bien se está renovando tiene como mínimo una longevidad de 11 años, son particularidades muy específicas que no son replicables en cualquier parte del mundo, ni en Brasil, Estados Unidos o Canadá, por eso es importante hacer los estudios y señalar los impactos positivos y negativos que tiene la aplicación de ciertos combustibles”, dice Gabriel López Vidal.
López Vidal, recuerda que este trabajo toma mayor relevancia luego que la Cámara de Diputados aprobara en días pasados la Ley de Biocombustibles, que aún tiene que ser ratificada por el Senado de la República.
Este laboratorio, que funciona desde 1990 y se ha ido renovando, cuenta con equipo especializado que toma las emisiones de los escapes de los vehículos y las diluye con aire ambiente para luego mandarlas a bancos analizadores y captar los gases contaminantes como el Monóxido de Carbono, Óxido de Nitrógeno, Hidrocarburos totales y Dióxido de Carbono.
Se analiza además qué potencialidad existe para formar ozono y qué toxicidad tienen estos gases. Es justo en el laboratorio de Cromatografía donde se hace la especiación de hidrocarburos, que consiste en separar los compuestos de una molécula de carbón hasta de 12 carbones, explica Gabriel López Vidal responsable del Laboratorio de Emisiones Vehiculares y Ensayos de Motores.
El especialista explica que luego de este proceso se hacen reportes técnicos que se entregan a quienes han solicitado el estudio, puede ser un líder de proyecto interno que entrega a Petróleos Mexicanos (Pemex) el resultado o a cualquier otra institución que haya solicitado el estudio.
El IMP, que cuenta con este laboratorio, es un organismo descentralizado de interés público y de carácter preponderantemente técnico, educativo y cultural, con personalidad jurídica y patrimonio propios que ha contribuido a mejorar todos los procesos productivos de Pemex, desde la exploración de yacimientos y la perforación de pozos, hasta la refinación de hidrocarburos y el desarrollo de la petroquímica.
El equipo del laboratorio, que tiene menos de tres años de vigencia y se ha ido renovando conforme la tecnología avanza, cuenta con los expertos y los instrumentos para investigar el impacto que tendría la utilización de los biocombustibles.
Reconocen que también pueden dar lectura instantánea de las emisiones de los llamados “autos chocolates”, con una unidad modelo que tiene un control remoto para medir las emisiones de escape de los vehículos en circulación sin la necesidad de detener su marcha.
Esta unidad, que sirve para medir las emisiones de grandes flotillas de vehículos (hasta 6 mil vehículos por día en 6 o 7 horas de trabajo), sería ideal para determinar si los “autos chocolate”, tienen mayores o menores emisiones contaminantes que los vehículos mexicanos.
