El presidente de Estados Unidos, George W. Bush (der.)saluda al primer ministro británico, Gordon Brown, en Camp David, Maryland, Estados Unidos, hoy lunes 30 de julio. (EFE)
El primer ministro británico, y el presidente de EU subrayaron hoy sus puntos comunes en Irak para insistir en la buena relación bilateral, aunque el sucesor de Tony Blair no quiso comprometerse sobre el tiempo de permanencia de las tropas de Reino Unido en el país árabe.
Gordon Brown y George W. Bush concluyeron hoy con una rueda de prensa una reunión de dos días en la residencia de descanso presidencial estadounidense de Camp David, en su primera cumbre común desde la llegada al poder de Brown el 27 de junio pasado, en sustitución de Blair.
La gran incógnita de este encuentro era qué tipo de relación personal podrían mantener los dos dirigentes, tras los cálidos lazos desarrollados entre Bush y Blair, y qué entendimiento podrían alcanzar en torno a la guerra en Irak.
Lo primero que hicieron ambos fue, precisamente, insistir en que mantendrán "una relación estratégica constructiva" por el bien de sus pueblos, como dijo Bush.
"Todo el mundo se pregunta si el primer ministro y yo hemos podido encontrar terreno común, llevarnos bien y mantener una conversación significativa. La respuesta es 'absolutamente sí'", declaró el mandatario estadounidense.
El jefe de la Casa Blanca quiso hacer hincapié en todo momento en su admiración hacia el nuevo gobernante británico, "un hombre que resuelve problemas" y que ve "el vaso medio lleno, no medio vacío".
Bush trató de aligerar la atmósfera en varias ocasiones con bromas a los periodistas.
Pero a diferencia de los encuentros con Blair en Camp David o en Crawford, el rancho texano de Bush, en los que ambos líderes solían mostrar un atavío informal, el presidente de EU., y Brown comparecieron en los jardines de la residencia vestidos de traje y corbata.
En sus declaraciones, ambos resaltaron sus posiciones comunes en torno a Irak, después de que tras la llegada del nuevo primer ministro británico al poder aumentaron los rumores sobre una posible retirada de los cerca de cinco mil 500 soldados que Reino Unido mantiene en el sur de la nación árabe.
En este sentido, Brown subrayó que está de acuerdo con Bush en que hay "responsabilidades que mantener" en Irak, aunque mantuvo un tono ambiguo sobre el tiempo que permanecerá el contingente británico en ese país.
El jefe de gobierno británico se limitó a afirmar que cualquier decisión que adopte será de acuerdo a la opinión que le transmitan los mandos militares sobre el terreno y que lo anunciará en primer lugar al Parlamento de su país.
Por su parte, Bush aseguró que no le "cabe duda de que Gordon Brown entiende que el fracaso en Irak sería un desastre para la seguridad" de sus países.
Ambos hicieron hincapié en que se encuentran en "una lucha común" y que tienen que "combatir al unísono", según palabras de Brown.
El primer ministro de Reino Unido expresó al presidente estadounidense su disposición a colaborar "en los grandes desafíos" internacionales, como la lucha contra el terrorismo o el cambio climático.
Entre los asuntos que abordaron también figuraron el programa nuclear iraní, el genocidio en la provincia sudanesa de Darfur -"el mayor desastre humanitario que encara el mundo hoy por hoy", según Brown- y las amenazas terroristas.