Ayer se llevó a cabo el funeral del camarógrafo japonés Kenji Nagai, muerto por un disparo cuando cubría la represión a las protestas antigubernamentales en Myanmar. Unas mil personas se congregaron frente a un altar cubierto de flores blancas, enmarcando un retrato de Nagai, de 50 años, en el recinto funerario de Aoyama Sougisho, en la sala Minato de Tokio. (AP)
Suu Kyi, de 62 años y Premio Nobel de la Paz, ha permanecido en arresto domiciliario durante 12 años.
La Junta Militar nombró ayer a un funcionario del Gabinete, a fin de que coordine la comunicación con la líder opositora Aung San Suu Kyi, mientras el régimen enfrenta una creciente presión internacional para conversar con el movimiento pro democrático del país.
En tanto, estudiantes activistas afirmaron que los residentes de Yangón muestran todavía su oposición al régimen con actos de hostigamiento a los soldados, tras la represión violenta del mes pasado contra las mayores protestas antigubernamentales que se han visto en casi dos décadas.
El viceministro del trabajo, Aung Kyi, general de división retirado, fue nombrado "ministro de enlace", informaron la radio y la televisión estatales.
No fueron revelados detalles sobre la misión exacta del nuevo puesto, y el anuncio no señaló cuándo se reuniría el funcionario con Suu Kyi, de 62 años, quien es Premio Nobel de la Paz y ha permanecido en arresto domiciliario durante 12 de los últimos 18 años, sin enfrentar un juicio.
Al parecer, Aung Kyi coordinaría todos los contactos de Suu Kyi con el régimen y la ONU, que busca poner fin al estancamiento político en la confrontación entre los promotores de la democracia y los militares que han tenido el mando en el país desde 1962.
Entre los diplomáticos extranjeros, funcionarios de las Naciones Unidas y grupos asistenciales, Aung Kyi tiene reputación como un funcionario relativamente accesible y razonable, en comparación con los líderes de la junta, quienes se muestran muy suspicaces ante los extranjeros.
Aung Kyi ha tenido a su cargo la tarea delicada de conversar con la Organización Internacional del Trabajo, que acusa a la junta de imponer trabajos forzosos.
La semana pasada, el Gobierno anunció que el líder de la junta, general Than Shwe, estaba dispuesto a reunirse con Suu Kyi, pero sólo si la activista cumplía ciertas condiciones, incluida la de renunciar al apoyo hacia las sanciones económicas de países extranjeros contra el régimen.
No está claro si Suu Kyi aceptará la oferta.