MÉXICO, D.F.- Con ayuda de instrumentos como el exhibidor de baja frecuencia (LFD) de la red de campo ancho de Mileura (MWA), los astrónomos pretenden detectar vida extraterrestre en alguna de las más de mil estrellas cercanas al planeta Tierra. Por medio de la radioastronomía "pronto podremos escuchar detrás de las puertas señales de civilizaciones galácticas", dijo el teórico Avi Loeb, del centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica.
"Ésta es la primera vez en la historia que los seres humanos serán capaces de encontrar una civilización como la nuestra entre las estrellas", agregó.
El LFD en estos momentos está bajo construcción en Australia, sin embargo, los programas anteriores SETI (siglas en inglés para búsqueda de inteligencia extraterrestre) no han detectado hasta ahora civilizaciones extraterrestres. Las búsquedas en estos casos se han circunscrito a detectar señales emitidas deliberadamente a través de espacio.
Tales faros pueden no existir. También, la mayoría de las búsquedas de radio SETI han sido proyectadas en frecuencias arriba de 1 gigahertz para evitar interferencia de fuentes cósmicas naturales y artificiales desde la Tierra.
En vez de buscar transmisiones deliberadas, Loeb y su colega Matías Zaldarriaga, de la CfA, proponen encontrar una señal accidental desde una civilización espacial. Precisaron que el nuevo MWA-LFD, que se diseña para estudiar frecuencias de 80 a 300 megaciclos, tomará las mismas frecuencias usadas por la tecnología en la Tierra.
En la Tierra, los radares militares son las fuentes de más grande propagación, seguidas por la televisión y la radio de FM. Si fuentes similares de difusión existen en otros planetas, instalaciones como MWA-LFD podrán detectarlos.
"El MWA-LFD es un instrumento de ciencia previsto para estudiar el joven universo distante". explicó Zaldarriaga. "Pero llevado a cuestas sobre sus observaciones normales, investigadores de SETI podrán utilizarlo para buscar civilizaciones extratererrestres".
Un programa de SETI en el MWA-LFD complementaría otros proyectos SETI. Observará un área más grande del cielo sobre un periodo de tiempo más largo y en una diversa gama de frecuencias.
Loeb y Zaldarriaga calculan que mirando fijamente el cielo por un mes, el MWA-LFD podría detectar señales de radio tipo terrestres a una distancia de hasta 30 años luz, que abarcarían aproximadamente mil estrellas.
Transmisiones de mayor alcance se podrían detectar incluso a mayores distancias. Futuros observatorios como la red del kilómetro cuadrado podrían detectar transmisiones tipo Tierra a partir de distancias 10 veces más lejanas aún, abarcando 100 millones de estrellas.
Si las transmisiones extraterrestres fueran detectadas, observaciones adicionales podrían medir características del planeta fuente, tales cómo que tan rápidamente rota o cuánto dura su año.
Combinando esa información con el conocimiento de su estrella madre, los astrónomos podrían estimar la temperatura en la superficie del planeta para determinar si puede tener agua líquida y vida como la conocemos.
El MWA-LFD es un radiotelescopio diseñado para detectar y caracterizar el corrimiento al rojo de la emisión de 21 centímetros de moléculas de hidrógeno en el universo temprano y aún se encuentra bajo construcción.
Su meta científica principal es crear un mapa tridimensional de las "burbujas ionizadas" que formaron los primeros quasares y galaxias inundando el espacio con luz ultravioleta miles de millones de años atrás.