El presidente George Bush, acompañado de su esposa cortó el listón para inaugurar la nueva sala de Prensa. (EFE)
El presidente de EU., inauguró hoy la nueva sala de prensa de la Casa Blanca para enfrentar los desafíos mediáticos del siglo XXI y en la que destacan asientos catalanes y un diseño portugués.
"Bienvenidos de vuelta al Ala Oeste. Les hemos echado de menos (...) más o menos", declaró George W. Bush, entre risas, a los corresponsales de la Casa Blanca en una breve ceremonia en la que cortó el lazo que simbólicamente mantenía cerrada la sala, en obras durante el último año.
La prensa había trabajado durante este tiempo en un área provisional del otro lado de la Avenida Pensilvania, mientras se remodelaba una sala de prensa que acumulaba ya 37 años y aparentaba el doble.
Una moqueta salpicada de manchas de café, unas paredes cubiertas del polvo de décadas y unas ventanas por las que resbalaba permanentemente una condensación fruto de un sistema de calefacción vetusto se han visto reemplazadas ahora por lo que la Casa Blanca considera necesario para trabajar en "condiciones modernas".
"Condiciones en las que un tipo como yo se sienta cómodo respondiendo a una serie de preguntas sin perder diez kilos por el calor", explicó Bush.
Entre las innovaciones más alabadas como "lujosas" por los pocos periodistas presentes -la Casa Blanca reservó espacio en la ceremonia también para funcionarios y contratistas- se encontraban los asientos, fabricados por la empresa catalana Figueras y proporcionados a través de su filial en Miami.
Los asientos, totalmente ergonómicos y de gran capacidad acústica, según la compañía, cuentan con el diseño del arquitecto portugués Filipe Oliveira Dias.
El respaldo es de madera de haya y el asiento en sí de piel natural, teñida del color azul clásico de la Casa Blanca. La silla, de una anchura 2.5 centímetros superior a las antiguas, cuenta con una barrera antifuego para una mayor seguridad.
Además de los nuevos asientos, la sala de prensa contará con un nuevo estrado, flanqueado por sendas pantallas de televisión de 114 centímetros y paneles acristalados que permitirán proyectar distintos fondos de escenario según la persona que esté hablando en ese momento.
La zona de trabajo también se ha mejorado y cuenta ahora con nuevos pupitres, decorados en marrón, negro y gris, complementados con muros de mármol, encimeras de granito y hasta algún electrodoméstico en acabado metálico.
La Casa Blanca alega que el nuevo recableado, los nuevos sistemas de iluminación y la adición de nuevas tecnologías permitirá a la prensa desempeñar mejor su trabajo.
La sala de prensa sigue edificada sobre lo que era la piscina de Franlklin D. Roosevelt y que usaron con frecuencia presidentes como John F. Kennedy antes de caer en desuso.