El presidente George Bush, acompañado por el secretario de Defensa, Robert Gates, y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, en una conferencia de prensa en la base militar de la provincia de Anbar, Iraq. (AP)
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llegó hoy a Irak en una visita sorpresa, la tercera que realiza desde la invasión a ese país en marzo de 2003, informó el canal de televisión Al Yazira.
Bush, junto con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice y el asesor de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, arribó a la base aérea Al Asad, al oeste de Bagdad, en la provincia de Anbar, de acuerdo con fuentes de la Casa Blanca, citadas por Al Yazira.
Tras 11 horas de vuelo, el mandatario estadounidense llegó en avión a Irak en un intento por demostrar que el envío de refuerzos militares está ayudando a estabilizar a esa nación musulmana.
Según las fuentes, Bush se entrevistó con las autoridades militares de la base aérea, pero se desconoce si se reunirá con el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki.
La visita, la tercra que Bush realiza a Irak, tras las que hizo en noviembre de 2003 y en junio de 2006, ocurre en medio de un intenso debate que se vive en el Congreso estadounidense sobre la decisión del jefe de la Casa Blanca de enviar otros 30 mil efectivos al país.
El presidente estadounidense decidió hacer una escala en Irak en su camino hacia Australia, en donde participará en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que tendrá lugar el próximo sábado y domingo en Sydney.
Bush está bajo una creciente presión por parte de los demócratas en la oposición y algunos destacados republicanos que demandan que las tropas estadounidenses empiecen a abandonar Irak después de más de cuatro años de guerra en la que han muerto unos tres mil 700 soldados.
La próxima semana el general David Petraeus, máximo comandante estadounidense en Irak, así como el embajador en Bagdad, Ryan Crocker, comparecerán ante el Congreso.
Bush viaja a cumbre Asia-Pacífico en momentos críticos de estrategia para Irak
El presidente de Estados Unidos George W. Bush, inicia hoy un viaje a la cumbre económica Asia-Pacífico con el que busca acallar las críticas de que descuida la región y que se produce justo después de su visita, sorpresa y relámpago, a Irak.
El que Bush esté presente en Sidney pese al crucial momento por el que atraviesa la estrategia estadounidense en Irak y la próxima presentación de un importante informe sobre la situación en el país árabe es, para la Casa Blanca, prueba más que suficiente de que Washington no ha olvidado a sus socios asiáticos.
"He acudido a todos los encuentros del foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC)", indicó Bush a finales de esta pasada semana en respuesta a los que sostienen que no presta suficiente importancia a la región.
Un buen número de medios del sudeste asiático sostienen que Irak, Oriente Medio y la guerra contra el terrorismo han distraído a Washington de su compromiso con Asia.
Esa impresión se vio reforzada tras conocerse que Bush dejará Sidney el próximo sábado, un día antes de que finalice la reunión de líderes de la APEC.
La presentación de un informe clave sobre Irak ante el Congreso estadounidense e importantes actos previos a la divulgación de ese estudio forzaron la precipitada partida del presidente.
El lunes 10, un día después de su llegada a Washington, testificará ante el Congreso el máximo responsable de las fuerzas estadounidenses en Irak, el general David Petraeus. El martes se celebrará el sexto aniversario de los atentados del 11 de septiembre del 2001. El miércoles comparecerá en el Capitolio el embajador estadounidense en Bagdad, Ryan Crocker, y el 15 se cumple el plazo para presentar el informe sobre la marcha de la guerra en Irak.
Pese a las críticas previas a su llegada, Bush aterriza esta semana en el seguro suelo de Australia, un fiel aliado de Washington en la guerra de Irak.
El presidente estadounidense reconoció poco antes de su partida los estrechos vínculos bilaterales con Camberra, al definir al primer ministro John Howard como "un hombre de acero (...) que se mantiene fiel a sus convicciones y principios".