Un grupo de rescatistas cargan el cuerpo de una víctima en el lugar donde un puente, atractivo turístico en construcción, colapsó en Fenghuang, en China Central en la provincia de Hunan, hoy 14 de agosto de 2007. (EFE)
Al menos 29 obreros murieron tras derrumbarse el puente en el que trabajaban en el centro de China, en un suceso que se ha producido en plena inspección por parte del Gobierno de más de seis mil puentes del país debido a su peligroso estado.
El derrumbe se produjo en la provincia de Hunan a las 16.40 de la tarde de ayer (8.40 GMT), y 86 trabajadores fueron rescatados, de los que 22 que tuvieron que ser hospitalizados, cinco de ellos en estado crítico, según los últimos datos ofrecidos por la agencia estatal, Xinhua.
Por lo menos 123 obreros trabajaban sobre y bajo el puente en el momento del accidente, indicó la fuente oficial.
No obstante, los equipos de rescate están todavía intentando determinar cuál era el número exacto de obreros que estaban en el puente en el momento del accidente.
El puente cruzaba el río Tuo en el distrito de Fenghuang, región turística famosa por sus bellas montañas y sus casas tradicionales, y el derrumbe cortó la autopista que une este distrito con el de Daxing.
Con 328 metros de largo y 42 metros de alto, el puente estaba casi terminado y debía inaugurarse a finales de este mes, por lo que los obreros estaban estos días retirando los andamios, según la agencia estatal, Xinhua.
El proyecto estaba adjudicado a la empresa Fengda, asentada al oeste de la provincia, a través de la contrata Road and Bridge Construction (RBC), y tenía una inversión de 1.6 millones de dólares (1.17 millones de euros).
La policía está investigando al jefe de obra de RBC, Xia Toujia, y al supervisor del proyecto, Jiang Ping, al tiempo que ha puesto en marcha una investigación para esclarecer las causas del accidente.
La mayoría de los trabajadores que construían el puente eran inmigrantes rurales, según CCTV.
Se trata del segundo derrumbe de un puente ocurrido en el país este verano.
Según informó el periódico estatal China Daily, entre los años 2000 y 2005 el Gobierno gastó 1.970 millones de dólares (1.447 millones de euros) en la reparación de 7.000 puentes.
También implantó un sistema de mantenimiento que obliga a las empresas de construcción de autopistas y carreteras de peaje a contratar ingenieros para controlar las estructuras de los puentes.
Según el secretario general del Instituto de Puentes e Ingeniería Estructural, Xiao Rucheng, "en el pasado, diseñar un puente requería al menos un año, pero ahora suele llevar un mes".
La rapidez con la que se ejecutan las obras hace que haya defectos en el diseño y la construcción.
"Una vez vi que pedían a unos obreros que unieran dos secciones de un puente durante un tifón. Las grietas pueden aparecer con facilidad si el cemento se vierte con un clima así", explicó el experto.
También precisó que uno de los problemas de los puentes construidos hace 20 años es que los ingenieros no previeron el gran tráfico que hay actualmente, por lo que las estructuras no están preparadas para soportar el peso.
En China hay más de 500 mil puentes, la mayoría construidos en los últimos 20 años.