La cadena Java Times ya suma seis unidades en Torreón, una en Monterrey y otra en Querétaro. Este año están en puerta tres más en Querétaro y el mismo número para Monterrey.
Java Times tiene la eficiencia ‘gringa’ en la barra, el toque europeo en la preparación del café y el ambiente de Malasia, Indonesia y Hawai.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- Java Times, cadena de cafeterías de reciente creación, amenaza en convertirse esta década en la franquicia de mayor proyección del café mexicano en el mundo.
Dispuesto a compartir el éxito en los negocios con los demás, incluso con los mismos productores del café, Antonio Leite, precursor del concepto, asegura conocer el secreto que llevó a compañías como Starbucks a conquistar el paladar de millones de personas en el orbe.
Portugués de nacimiento, Leite esperó más de un sexenio en México para iniciar su proyecto en forma, pues confiaba en que el gobierno agruparía a cafeticultores del país para fortalecer la venta del grano.
Sin embargo, el sueño que hoy materializa lleva casi 15 años en preparación.
DE EUROPA A EU
Al cumplir la mayoría de edad, Tony —como suelen llamarle sus amigos— llegó a Estados Unidos con la intención de probar suerte en los negocios, ya que desde siempre supo que su futuro estaría ligado al café.
En parte por la sensación de “grandeza” que implicaba beber una taza de café al término de cada comida, experiencia que compartía al lado de su padrino todas las tardes, y, en otra, por la cafetera que compró una vez que reunió el suficiente dinero producto de sus jornadas en el campo.
Con 38 años de edad, Leite recuerda que, durante la fiesta de la iglesia de su natal Campo Grande Lisboa, un pueblo cercano a la norteña ciudad de Porto, en Portugal, se acostumbraba estrenar ropa o un juguete como regalo de los padres, sin embargo él prefirió una cafetera.
“Tenía tanto amor por el expresso que terminé por comprar una máquina italiana de una cafetería que iban a remodelar y la conecté en mi cuarto”, recuerda Leite en entrevista como si aún disfrutara del fresco aroma del grano recién molido en su habitación.
“Siempre me quedé con eso, pero nunca tuve la oportunidad de trabajar el aromático hasta que cumplí 22 años”, apunta.
Ya en Estados Unidos, se involucró en la industria restaurantera y de hoteles hasta que formó parte del equipo operativo de Starbucks en Denver, Colorado.
Ahí atendió la calibración e instalación de equipos y cafeteras de la multinacional y fue testigo de la estandarización de procesos que llevó a la firma de la sirena a potenciar su crecimiento a mediados de la década de los 90.
“De 1996 en adelante, la empresa blindó su operación e hizo imposible aprender los secretos industriales y la esencia del negocio”, pero a decir de Leite, para entonces ya había descubierto el secreto del consorcio.
Al tiempo que trabajó con empresas de renombre internacional para abrir mercado en el Sur de California, vendió cafeteras pero siempre en servicio para terceros.
Así, a lo largo de 12 años, su creatividad y don de artista lo llevaron a diseñar la imagen de al menos 100 conceptos distintos de cafeterías, periodo que aprovechó para perfeccionar la idea de Java Times Caffé.
“La compañía tiene el respaldo de una persona que fue testigo del boom del café en Estados Unidos y que conoce lo que se debe hacer”, sentencia Leite.
Agrega que su concepto tiene vida: “Agrada a toda la gente, de Oriente, Europa y Estados Unidos, porque fusiona en su decoración diversas culturas”.
Por ejemplo, refiere que Java Times tiene la eficiencia “gringa” en la barra, el toque europeo en la preparación del café y el ambiente de Malasia, Indonesia y Hawai.
EN CRECIMIENTO
Leite asegura que hoy en día tendría al menos 40 unidades de su cafetería en operación, pero la estricta selección de franquiciatarios detuvo el crecimiento. “Los interesados no terminaban de convencerme”, confiesa.
Sin embargo, la cadena Java Times ya suma seis unidades en Torreón, una en Monterrey y otra en Querétaro.
Para este año están en puerta tres más en Querétaro y el mismo número para Monterrey, hasta llegar a por lo menos 20 tiendas nada más en la ciudad regiomontana en los próximos cinco años.
Según el plan de negocios de la empresa hay un mercado potencial para 400 establecimientos en suelo mexicano, debido a que la estrategia del grupo es entrar a ciudades de mediano tamaño antes que la competencia.
Por lo pronto, en Estados Unidos se alistan los últimos detalles de los jarabes de chocolate obscuro y blanco que conformarán el menú infantil de la empresa, además del de caramelo, puré de fruta, kiwi, mango y zarzamora bajo la marca Enak.
Al respecto, Leite apunta que al adquirir la firma de Java Times no sólo se franquicia la cafetería, sino un conjunto de marcas como la línea de té Javaxótica y Enak de jarabes, además de pertenecer a la fundación Los Niños del Café.
Javaxótica, con más de 43 sabores, es una marca de Java Times que busca romper lo aburrido que resulta ver todos los productos de una empresa del mismo color, donde no todo será con el mismo logotipo, explica.
De las proyecciones del crecimiento, Leite parece no tener claro aún el mapa. Mientras atendía a la entrevista, el empresario pospuso una llamada telefónica al representante de un grupo de cafeticultores de Veracruz, quienes refirió más tarde estar interesados en abrir cinco tiendas en la entidad.
“Son los productores de café, los trabajadores del campo”, comenta emocionado al notar que su estrategia de agruparlos está dando resultado.
También contempla abrir una sucursal en el World Trade Center de la Ciudad de México, otra en Toluca y Puebla.
Además de los compromisos verbales de dos cafeterías en San Antonio, Texas, que serán el inicio de llevar el café mexicano a otros países a través de la firma y de la asociación con un grupo empresarial para abrir 30 unidades en el Distrito Federal de forma escalonada, una cada mes.
LE APUESTAN AL PRODUCTO NACIONAL
Se reúnen con productores del país y promueven la unidad del gremio.
El hecho que obligó a Antonio Leite a esperar más de seis años para iniciar su negocio fue la falta de integración entre los productores del café. Consideró que era papel de las autoridades y asociaciones del grano motivar la unidad de los agricultores para dar la misma importancia a todas las regiones del país, de modo que la venta resultara más redituable. “Pero pasó algo, el gobierno no hizo lo que tenía que hacer, y tomé una decisión”, apunta Leite, al señalar que no tuvo otra alternativa.
Justifica que “el gobierno de Colombia apoya a la fundación de Juan Valdés que vende café en todo el planeta y que compite de manera directa con Starbucks. “Ya están en Nueva York y todos los países donde van los reciben, tienen un proyecto para 500 unidades en Estados Unidos en los próximos cinco años”, revela. Y si el gobierno mexicano no lo hace, dijo, “vamos a hacerlo nosotros: pagar precio justo al comprar café verde, se le regresa el 1.5 por ciento de las ventas brutas de las cafeterías, incluidos souvenirs”, y arrancó su proyecto. Leite califica como “la parte más bonita de Java Times” a su fundación Los Niños de Café.
Por ahora realiza viajes a las zonas cafetaleras del país para invitar a los productores a unirse. La gente tiene problemas para vender el grano porque cosechan en pequeñas cantidades y les es difícil atender la demanda de los mercados, agrega. “La idea es que comercialicen a través de la fundación a precios de mayoreo sin que abaraten la mercancía”, manifiesta Antonio Leite.
El proyecto de Antonio Leite contempla a los 12 estados de mayor producción de café en el país: “Se les compra no más barato, sino al precio internacional y un poco más arriba para garantizar la calidad del grano, que sea grande y esté limpio”, recalca.
Agrega que el secreto no está en el precio de compra del aromático, sino en las estrategias de comercialización; de ahí depende el éxito o fracaso de una compañía. “Cualquiera puede vender barato y acabar con la industria, pero no todos al precio que debe ser, y tener la habilidad para ofrecer el café al consumidor final”, menciona. Concluye que su principal objetivo es crear un concepto fuerte que enseñe a la gente a pagar un poco más por una taza de café gourmet y evitar que se regrese al consumo del económico: hay que educar el paladar y que se aprecie la calidad de los productos.