Irene Khan, secretaria general de AI, se reunió ayer con el presidente Felipe Calderón y lo exhortó a intervenir en los casos de violaciones a los derechos humanos en el interior del país, cuando éstos ocurran. (Notimex)
Afirma el presidente que el Gobierno Federal trabaja en un Programa Nacional de Derechos Humanos.
Amnistía Internacional (AI) consideró que la política del Gobierno mexicano en materia de derechos humanos es esquizofrénica, pues a nivel internacional es un campeón en la materia, pero al interior del país hay una especie de “lotería”, ya que las garantías fundamentales se respetan dependiendo del estado de la República donde se viva.
Irene Khan, secretaria general de AI, se reunió ayer con el presidente Felipe Calderón y lo exhortó a intervenir en los casos de violaciones a los derechos humanos en el interior del país, cuando éstos ocurran.
Advirtió a Calderón que su compromiso a favor de los derechos humanos está a prueba y le exigió que no permita que la impunidad reine en Oaxaca.
Reclamó al primer mandatario una posición clara y pública en torno a la labor del Ejército en las labores de seguridad pública.
En conferencia de prensa, posterior a este encuentro, la activista aseguró que Felipe Calderón se pronunció porque las violaciones a los derechos humanos cometidas por militares también sean juzgadas en los tribunales civiles y no sólo en los militares.
Al dar por concluida su visita de alto nivel a nuestro país, la secretaria general de AI manifestó que la mejor manera de hacer frente al crimen organizado es respetando los derechos humanos.
Khan insistió en el liderazgo de México a nivel internacional, pero señaló que desde administraciones anteriores, la política gubernamental a favor de las garantías fundamentales en el interior del país tiene vacíos.
“La política esquizofrénica en materia de derechos humanos no es exclusiva de este Gobierno. Desde años atrás, México ha sido un campeón de los derechos humanos, pero en el interior del país aún continúan serias violaciones a las garantías como la tortura, las detenciones arbitrarias, malos tratos y juicios injustos”, señaló.
En cuanto a Oaxaca, Khan manifestó su desconfianza de que el Gobierno Estatal haga frente a la impunidad, por lo que señaló que ésta es una verdadera prueba para el presidente Felipe Calderón.
De acuerdo con un comunicado que emitió la Presidencia de la República, en dicha reunión -donde también estuvieron presentes los secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores, Francisco Ramírez Acuña y Patricia Espinosa-, el titular del Poder Ejecutivo no se refirió en particular al tema de Oaxaca.
Calderón Hinojosa le anunció a Irene Khan que el Gobierno federal trabaja en un Programa Nacional de Derechos Humanos, pero no se precisa en qué consistirá, pues es un documento de “próxima redacción”.
El mandatario federal “reiteró la política de total apertura al escrutinio y cooperación con los organismos internacionales de derechos humanos”.
Recordó que en México se despenalizaron delitos como la calumnia, difamación e injuria y promovió los alcances del sistema de acceso a la información pública gubernamental.
Calderón “subrayó el esfuerzo de su Administración para profesionalizar los cuerpos policíacos, garantizar la seguridad pública y combatir el crimen organizado”, además de que se ratificó la disposición por continuar con los esfuerzos para eliminar la pena de muerte del ámbito internacional.
Después de esta reunión, el presidente Felipe Calderón se reunió con Jacob Kallenberg, presidente del Comité Internacional de Cruz Roja.
Preocupa impunidad en asesinatos y amenazas a periodistas
El presidente de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), Florentín Meléndez, manifestó al presidente Felipe Calderón su preocupación por la impunidad que prevalece en las investigaciones en torno a los asesinatos y amenazas contra periodistas en México.
Meléndez aclaró que en relación con los hechos de Oaxaca, a la CIDH no le corresponde mediar sino sólo supervisar que se respeten los derechos humanos en el continente.
En este sentido, insistió en que “el problema de Oaxaca es muy mexicano”. Al reunirse con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, el presidente de la CIDH solicitó al primer mandatario elevar a rango constitucional los principios de derechos humanos contenidos en los tratados internacionales y realizar las acciones necesarias para impedir que prevalezca la tortura en el país.