Asegura el presidente colombiano que no buscó la Presidencia con dinero ilícito como lo insinuó el narcotraficante Fabio Ochoa Vasco.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, dijo ayer que es “una infamia” atribuir a los paramilitares los votos obtenidos en 2002 por los que llegó a la Jefatura del Estado.
Uribe se refirió a las declaraciones del confeso y prófugo narcotraficante Fabio Ochoa Vasco, uno de los extraditables colombianos más buscados por Estados Unidos, según las cuales jefes paramilitares dieron dinero para la campaña del hoy presidente.
El gobernante señaló que no buscó la Presidencia con dineros ilícitos como lo insinuó Ochoa Vasco a la revista Semana.
“No he sido un aprovechado del poder. Nunca hubiera buscado la Presidencia de la República con dineros ilícitos, ni hubiera permanecido en la Presidencia de la República con dineros ilícitos”, señaló Uribe.
El mandatario dijo que las declaraciones a Semana fueron dadas por “un fugitivo” que está “en la lista de los narcotraficantes más buscados” y “todo indica que está clandestino en México”.
Uribe habló de esas acusaciones en el marco de un acto oficial del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) en Cartagena, norte del país.
El presidente colombiano dijo que quiere responder a esas versiones para evitar que sus declaraciones afecten la imagen de Colombia.
“Me pregunto por qué la Policía mexicana no captura a estos bandidos y por qué sí llegan a ellos los medios de comunicación”, dijo Uribe.
Ochoa Vasco dijo a la misma publicación que el ex comandante máximo de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC, paramilitares) Salvatore Mancuso habría aportado unos dos millones de dólares a la campaña de Uribe en el departamento de Córdoba (noroeste).
“¡Por Dios! Yo me preguntaba con dos millones de dólares cuántos votos habrían salido. En 2002, yo saqué muy poquitos votos ahí (en Córdoba) y fui derrotado”, subrayó Uribe.
Unas horas antes, el ministro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín; el asesor presidencial José Obdulio Gaviria y el ex gerente de las campañas de Uribe en 2002 y en 2006, Fabio Echeverry, insistieron en negar la recepción, en ese entonces, de aportaciones de narcotraficantes o paramilitares.
