El protocolo fue desterrado de la Cumbre Iberoamericana cuando el Rey Juan Carlos de España paró en seco al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y le espetó: “¿por qué no te callas?”.
Chávez llevaba más de media hora en un discurso en el que acusó de fascista al ex presidente español, José María Aznar. El actual presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, sucesor y opositor de Aznar, pidió a Chávez respeto, pero el venezolano lo interrumpía para retomar la palabra, hasta que llegó el reclamo del Rey, quien abandonó el salón.
Chávez había revelado que Aznar le pidió en el año 2000 alejarse de Cuba.
Rodríguez Zapatero, proveniente de un partido socialista, le dijo a Chávez que “para respetar y para ser respetado debemos procurar no caer en la descalificación”.
Nicaragua entró en la disputa cuando el presidente Daniel Ortega cedió su tiempo para que Chávez respondiera, y éste dijo al presidente español que “el Gobierno de Venezuela se reserva el derecho a responder cualquier agresión, en cualquier espacio y en cualquier tono”.
