Un manifestante con la cifra de soldados estadounidenses muertos en Irak protestó ayer frente a la Casa Blanca en Washington, contra el veto del presidente George W. Bush al proyecto de Ley que establecía un plazo para la retirada de las tropas estadounidenses. (EFE)
Se reúnen legisladores y el presidente George W. Bush; buscan nuevo plan para la guerra en Irak.
La Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, no logró ayer los votos suficientes para revocar el veto del presidente George W. Bush a Irak que incluía plazos para el regreso de las tropas.
La votación fue de 222 votos a favor y 203 en contra y se necesitaba una mayoría de dos tercios para eliminar un veto presidencial.
“El presidente se ha vuelto sordo a los reclamos del pueblo estadounidense”, denunció Nancy Pelosi, la líder de los demócratas en la Cámara Baja. “El presidente quiere un cheque un blanco, pero el Congreso no se lo dará”.
La votación tuvo lugar justo antes de una reunión en la Casa Blanca que Bush convocó para iniciar conversaciones con los líderes de ambos partidos a fin de elaborar una nueva legislación que financie la guerra, ahora en su quinto año.
Pero el representante republicano Jerry Lewis instó a sus colegas a apoyar el veto aduciendo que los políticos no deberían tomar decisiones militares.
“Este no es el momento para que Estados Unidos se eche atrás en su guerra contra el terrorismo”, dijo Lewis.
Las negociaciones para un nuevo proyecto de financiación podrían ser difíciles. Ambos partidos coinciden en que la legislación debería incluir hitos concretos de progreso en Irak, pero muchos demócratas insisten en que también contengan plazos para el retiro de las Fuerzas estadounidenses si esos hitos no se cumplen. Bush y sus aliados en el Congreso consideran inaceptable ese condicionamiento.
Horas antes que la Cámara de Representantes mantuviera el veto, que Bush había impuesto el martes, el presidente parecía poco dispuesto a un compromiso.
“Confío en que con buena voluntad de ambas partes podamos trascender las declaraciones políticas y convenir un proyecto que dé a nuestras Fuerzas los fondos y flexibilidad para hacer el trabajo que les hemos pedido”, dijo en un discurso en Washington.
Sobre el proyecto original que los demócratas impulsaron en el Congreso, Bush dijo que “no tiene sentido alguno imponer la voluntad de los políticos sobre las recomendaciones de nuestros comandantes militares en el terreno”.
Llegan a Irak 4 mil soldados más
Casi cuatro mil soldados estadounidenses llegaron esta semana a Bagdad para participar en una ofensiva iniciada hace 11 semanas para acabar con la violencia sectaria en la capital, anunció ayer el alto mando.
Es la cuarta de cinco brigadas enviadas de refuerzo. Sin embargo, aunque los refuerzos y las Fuerzas de Seguridad iraquíes aumentaron sus despliegues en la capital, los cañoneos y tiroteos causaron por lo menos 47 muertos en todo el país.
Los refuerzos llegaron la víspera de comenzar en el balneario egipcio de Sharm el-Sheij, en el Mar Rojo, una conferencia internacional sobre Irak, en la que Estados Unidos pedirá a los países acreedores que condonen la deuda externa iraquí como forma de reducir la violencia sectaria y las acciones de terrorismo.
El alto mando estadounidense dijo el miércoles que cuatro de las cinco brigadas destinadas a Irak para ayudar a las Fuerzas iraquíes llegaron esta semana.
La cuarta brigada, con unos tres mil 700 soldados, quedará emplazada en la zona de Bagdad y el norte de Irak, según el alto mando. El resto deberá estar en sus destinos para primeros de junio, con lo que las Fuerzas estadounidenses en Irak sumarán 160 mil combatientes.
El contraalmirante Mark Fox dijo ayer que las Fuerzas iraquíes y estadounidenses cuentan ahora con 57 puestos conjuntos de seguridad y puestos de avanzadilla en la zona de Bagdad y reconoció que “aunque la situación de seguridad sigue siendo extremadamente desafiante, hemos visto algunos indicios esperanzadores de progreso”.
VARÍA VERSIÓN SOBRE MUERTE DE JEFE DE AL QAEDA
Un alto funcionario del Ministerio del Interior dijo ayer que las autoridades trataban de capturar el cadáver de Abu Ayub al Masri en medio de un escepticismo generalizado de que el líder de Al Qaeda en Irak hubiese muerto en combate.
Mientras tanto, un oficial de Policía en la provincia de Anbar dijo que Al Masri murió cuando su cinto con explosivos detonó durante un enfrentamiento, pero que las Fuerzas de Seguridad no pudieron apoderarse del cuerpo porque estaba en una parte del desierto controlada por el grupo terrorista.
Las autoridades dijeron que no confirmaron la muerte y advirtieron que, aun de ser cierta, la desaparición del militante egipcio probablemente no significaría el fin del movimiento terrorista en Irak.
“Todavía no sabemos cuál es la situación”, dijo ayer el vocero militar estadounidense contralmirante Mark Fox, y agregó que los militares estadounidenses no estuvieron involucrados en la operación que supuestamente terminó con la vida de Al Masri.
“No he visto ningún informe de que tengamos cadáveres, o que lo hayamos capturado, o que hayamos tenido participación alguna allí”, dijo en una conferencia de prensa en Bagdad. Agregó que no había Fuerzas estadounidenses en el lugar donde se dijo que ocurrió el hecho.
Las versiones sobre la muerte de Al Masri surgieron del Ministerio del Interior, que dijo que el jefe de Al Qaeda fue acribillado el martes por rivales en su movimiento en un puente cerca del Lago Tharthar al norte de Bagdad.
