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Campo de Tabasco| Jaque mate

Sergio Sarmiento

“Lo ilusorio reemplaza casi siempre a lo verdadero”.

Ezequiel Martínez Estrada

El gobernador del estado de Tabasco, Andrés Granier, ha afirmado que el sector agropecuario del estado está absolutamente devastado. “El campo ya no existe”, llegó a decir el mandatario desesperado ante la situación. Eso es lo que podría esperarse, efectivamente, tras un desastre que, en palabras del propio gobernador, llegó a dejar el 80 por ciento del territorio del estado bajo el agua.

Pero el secretario de Agricultura del Gobierno Federal, Alberto Cárdenas, tiene una visión distinta. Según él, es falso que el cien por ciento del campo tabasqueño esté devastado. De hecho, la visión del campo tabasqueño que ofrece el ingeniero es mucho más positiva que la que han dado a conocer el químico Granier y otras fuentes, incluso yo mismo en esta columna.

Ayer el secretario Cárdenas decía en una entrevista para mi programa de radio que buena parte de la cosecha de Tabasco ya se había levantado para el momento en que llegaron las lluvias intensas y las inundaciones de la cuarta semana de octubre. De una producción agrícola estimada en 2 millones 650 mil toneladas, señaló, 2 millones 300 mil ya habían sido levantadas antes de la inundación. Quedaban todavía por recolectar unas 300 mil toneladas. Habrá qué ver cuánto de esto se ha perdido y cuánto puede rescatarse. Y hay que considerar también que en algunos casos puede haber una resiembra.

En el caso del plátano, tan característico de Tabasco, la pérdida tampoco es tan generalizada como se ha afirmado. La superficie dedicada a este cultivo es de 15 mil hectáreas, de lo cual, según el secretario de Agricultura, entre un 20 y un 30 por ciento ha sido total o parcialmente dañado. Es serio, por supuesto, pero no la pérdida total que se nos había pintado.

Cuando menos una parte de la superficie siniestrada cuenta con seguro, según señala Cárdenas. De hecho, lo paradójico del caso es que Sagarpa estará pagando seguros por 18 mil hectáreas que perdieron sus cosechas por la sequía que afectó a la zona en el verano así como por las que ahora han sido afectadazas por las inundaciones.

El secretario de Agricultura rechaza también la visión que sostiene que las inundaciones destruyeron la ganadería del estado. Un empresario tabasqueño me decía hace algunos días que una parte importante del hato ganadero del estado había muerto ahogado mientras que el resto moriría de hambre en los próximos días ante la imposibilidad de alimentarse.

Las cifras que aporta Cárdenas son, sin embargo, radicalmente distintas. Según el secretario, Tabasco cuenta con un millón 750 mil cabezas de ganado. De éstas, solamente unas 350 reses han muerto. La cifra es mínima ante el número de animales en el estado. Los ganaderos, explica el secretario, usualmente llevan sus hatos a zonas altas de terreno en esta época precisamente para protegerlos de las inundaciones que son frecuentes en la temporada.

Hay, efectivamente, un problema logístico para alimentar el ganado. Buena parte del pasto en el estado está anegado. Se tendrá que hacer un esfuerzo importante de distribución de forraje, me dice, “pero por ahora no hay hambruna de animales”.

Estas afirmaciones del secretario generaron ayer reacciones fuertes por parte de algunas personas. Algunos radioescuchas llamaron para afirmar que Cárdenas estaba minimizando la magnitud de la tragedia. No faltó quien dijera que el secretario mentía al decir que sólo 350 reses habían muerto como consecuencia de las inundaciones. Ninguno aportó, sin embargo, información o datos que permitieran suponer que la realidad es otra.

Conforme las aguas empiezan a retroceder en Tabasco, llegan los imperativos de la reconstrucción. El daño que ha sufrido la economía del estado es realmente dramático. Pero para poder enfrentar los retos surgidos de las inundaciones, es indispensable tener una visión realista de cuáles son los daños y cuáles las soluciones que hay que aplicar para subsanarlos.

Yo no sé si las cifras con las que cuenta el secretario de Agricultura son las correctas. Pero me doy cuenta de que él ha estado personalmente en el estado y lo ha recorrido con expertos para preparar las evaluaciones de los daños y los planes de medidas a aplicar en los próximos meses. La peor actitud que el secretario podría tomar sería la de minimizar el daño.

Como sociedad también debemos tener cuidado al afrontar este desastre. La tragedia es suficientemente grave con lo que ha ocurrido. No tenemos por qué magnificarla. Es indispensable que tengamos información fidedigna que nos permita tomar medidas razonables para llevar a cabo la reconstrucción.

EXPROPIACIONES

Sigue el Gobierno de Marcelo Ebrard expropiando propiedades. Ahora le tocó el turno a la discoteca Continental DJ Club. ¿La razón? Supuestamente porque se vendía droga en su interior. La expropiación, sin embargo, se está usando como un arma para castigar a presuntos delincuentes sin tomarse la molestia de pasar por un Juzgado. El Gobierno de Ebrard ha anunciado que usará esta propiedad para colocar la Unidad de Protección Ciudadana de la Secretaría de Seguridad Pública. Mientras tanto, el predio de La Ford en Iztapalapa, expropiado también por el Gobierno capitalino para crear un parque, un deportivo y no sé que más, se mantiene abandonado.

Página de Internet:

www.sergiosarmiento.com

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