Ahora que está por terminar la temporada del
circuito profesional de mujeres con un partido
final en el torneo de maestras entre la Rusa Maria
Sharapova y la Belga Justine Henin a celebrarse
hoy allá en tierras Madrileñas, bien vale la pena recordar
brevemente los inicios de dicho circuito.
Por cierto, pase lo que pase en esta final, Justine
Henin será la número uno del mundo por segundo
año consecutivo; fabuloso por Justine.
Corría el año de 1970 cuando nueve jugadoras,
lideradas por Billie Jean King, inconformes y hartas
de competir siempre por un premio en efectivo menor
que el de sus contraparte masculina querían iniciar
su propio circuito, así que en septiembre de dicho
año, pocas semanas después del Abierto de Estados
Unidos, se lanza el circuito profesional femenil
cuando estas nueve para nada sumisas mujeres
firmaron contratos con Gladys Heldman, quien en
esa época era la editora de la ahora ya desaparecida
revista World Tennis, para competir en un torneo
profesional exclusivo
para mujeres organizado
en Houston, Texas
por la misma
Gladys.
Heldman junto
con su amigo Joe
Cullman del gigante
tabacalero, Philip Morris,
y varios más le
proporcionaron al tenis
profesional femenil
la oportunidad que las nueve fantásticas y tantas
otras damitas habían venido buscando.
El torneo de apertura en Houston se estableció
en septiembre 23 de 1970 con una bolsa en premios
por $7,500, y ya que dicho torneo fue un éxito convirti
éndose en el pionero para todos los demás, Gladys,
ni tarde ni perezosa, programó dos eventos más y
así fue como se puso en marcha el Circuito Virginia
Slims, primer nombre adoptado para el circuito.
Las nueve fantásticas eran Billie Jean King, Rosie
Casals, Nancy Richey, Kerry Melville, Peaches
Bartkowicz, Kristy Pigeon, Judy Dalton, Valerie Ziegenfuss
y Julie Heldman hija de Gladys.
CURIOSIDADES DEL DEPORTE BLANCO
Sabían ustedes que los contratos firmados por las
nueve con Heldman fueron por un dólar cada uno.
Estos fueron los honorarios simbólicos que les fueron
ofrecidos por jugar en el torneo en Houston.
Al
final, como ya sabemos, ellas no tuvieron que conformarse
con el sueldo estipulado en sus contratos.