Quizás sea poco probable que recordemos a una tenista que ganó un solo título de individuales en el circuito profesional femenil y que sus mayores logros fueron en la modalidad de dobles, trece títulos para ser exactos, a lo largo de su trayectoria profesional y a la cual ella ha decidido dar feliz término en el recientemente concluido Abierto de Estados Unidos. Quizás sea más probable que recordemos a una tenista que ganó la batalla contra la leucemia o cáncer de la sangre, este es el caso de Corina Morariu, nacida en Detroit, Michigan, Estados Unidos.
Ella empezó a viajar a los torneos mientras asistía a la preparatoria y siempre estuvo decidida a convertirse en profesional aun sabiendo que no era una de las mejores juveniles de su época. Tres años después de la graduación de preparatoria ya había obtenido un título de singles y varios de dobles, incluyendo el de Wimbledon, y para el año 2000 alcanzó la máxima clasificación en esta modalidad. Corría el 2001 cuando a Corina Morariu le diagnosticaron leucemia aguda; surgieron dudas en cuanto a si ella podría sobrevivir, ya ni se pensaba en regresar a su gran pasión, el tenis. Con la caída de su cabello, sin fuerza y sin saber en dónde iba a terminar todo esto, nunca dejó de pelear y recibió un apoyo fenomenal de aficionados, tenistas, con los que Corina no tenía una relación estrecha, y de gente que no conocía. Este apoyo fue muy emotivo y tuvo un enorme impacto en ella y esto es lo que yo considero que fue parte de su base sólida para soportar las quimioterapias y vencerlas.
En el verano de 2002 vuelve a las competencias en San Diego, y como ella comenta, “regresar es por mucho mi logro más grande. Luchar contra la leucemia y jugar profesionalmente, otra vez son las cosas de las que me siento más orgullosa”. Después de cinco años más de logros en el tenis de dobles y mixtos, marca su retiro de las canchas y va en busca de nuevos horizontes, también en el tenis pero desde otra perspectiva. “Combatir contra la leucemia me ayudó como persona. Me dio vida nueva. Por supuesto, fue desafortunado lo que tuve que pasar, ya que no me permitió desarrollar todo mi potencial. Pero no cambiaría al hecho de verme enferma y pelear contra eso por nada en el mundo”. Durante 2003, Corina recibió el premio Jugadora que Marca la Diferencia en reconocimiento tanto a su victoria sobre la leucemia como a elogiar su compromiso para crear una mayor conciencia y para conseguir financiamiento destinado a la investigación del cáncer.
Curiosidades del Deporte Blanco.
Sabían ustedes que Corina Morariu ha sido nombrada la primera embajadora deportiva internacional de la Asociación Contra la Leucemia y Linfatismo.
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