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Caníbales de película

El Universal

Historias de crueles asesinos han sido llevadas a la pantalla grande; pronto llegará la del mexicano Calva Zepeda

MÉXICO, DF.- Lo que pintaba para ser un hecho de rutina dentro de la habitual y nada sorpresiva nota roja en el caótico Distrito Federal, tomó un giro inesperado cuando los agentes de la ley le pidieron a José Luis Calva Zepeda que abriera el departamento 17 del 198 de la calle de Mosqueta.

Se trata de la investigación sobre la desaparición de una mujer, Alejandra Garavito, que llevó la madrugada del 8 de octubre a la policía a hasta el domicilio de Zepeda, en la Guerrero.

Pero cuando los agentes le solicitaron que abriera la puerta del hogar, José Luis puso pies en polvorosa, burló a los policías y acabó atropellado por un taxi. Detenido y en espera de los primeros auxilios, Calva Zepeda confesó que no había abierto porque tenía un cadáver dentro. La llegada de la unidad de servicios periciales confirmó lo dicho y descubrió además que, en el refrigerador, había un pie envuelto en una bolsa de plástico.

Este caso recuerda al de asesinos que, presumiblemente, luego de matar probaron la carne humana como Ed Gein (en el que se inspiró Psicosis, de Hitchcook y luego Deranged, para finalmente dos recientes cintas con tan sólo su nombre y apellido) o el llamado Carnicero de Hannover, Fiedrich Arman, que descuartizaba a sus víctimas ofreciéndolas luego –como carne de cerdo importada— en el mercado, y que siempre guardaba para él la mejor parte (su vida fue llevada al cine en Tenderness of the Wolves, dirigida por uno de los peores directores del genero: Ulli Lomel). Otro caso es el de Albert Fish, un anciano que parecía que no mataba una mosca, pero que probó el vientre de una niña y bebió de su sangre, para luego acabar freído en la silla eléctrica.

Sin embargo, y dejando a un lado las andanzas cinematográfico-gastronómicas de personajes como Hannibal Lecter de El Silencio de los Inocentes, o Patrick Bateman, de Psicópata Americano; algunos pesos pesados del asesinato en serie ya tienen su película, o en esas andan.

Varios no desmiembran (luego de matar) solos; sino que trabajan en familia (caníbal), como la de Las Colinas Tienen Ojos, de Wes Craven, descontando, desde luego, a la más célebre casta caníbal: la de la original –siempre imitada, pero jamás igualada— Masacre en Cadena (The Texas Chainsaw Massacre), que Tobe Hooper rodó en 1974. Tampoco hay qué olvidar dos clásicas del género: Holocausto Caníbal, de Ruggero Deodato (1979), de la que han derivado muchas más, y la iniciadora del apetito zombie caníbal: La Noche de los Muertos Vivientes, de George A. Romero (1968).

Hay otros ejemplos retorcidos como el de Jeffrey Dahmer, llamado con justicia el Carnicero de Milwaukee, que practicaba la necrofilia y el canibalismo y cuya cuenta personal de 17 cadáveres desmembrados habitaron en su refrigerador en espera de ser comidos entre 1978 y 1991.

Antes de morir en la cárcel en 1994 a consecuencia de un batazo que le dio un compañero de prisión (y no precisamente jugando béisbol), no dio autorización para que filmaran una película sobre su vida criminal y retorcida afición gastronómica, pero igual se filmó (Dahmer, de David R. Bowen) y hoy puede verse en DVD.

Otros menos conocidos, pero que igual saborearon la sangre humana y el deleite de la carne prohibida, tanto en la vida real como en el cine, ahora con el vuelco digital, han pasado remasterizados del VHS al DVD.

Tal es el caso de Richard Trenton Chase, el llamado Vampiro de Sacramento, llevado a la pantalla grande por William Friedkin –el de El Exorcista— en Rampage (1987), donde el susodicho devoraba a las personas porque “tenía hambre y estaba muriendo”.

Andrei Chikatilo, El Carnicero de Rostov, que en su vida loca de crímenes asesinó a 52 personas en Rusia (cuyas autoridades negaban que hubiera ahí un asesino en serie) en medio del éxtasis de violar y matar a sus víctimas (femeninas, les arrancaba a mordidas los pezones y les destrozaba a mordiscos la garganta. Sus crímenes que duraron años por negligencia policial, se pueden ver en la magnífica Ciudadano X, de Chris Garolmo (1995) o, más recientemente en su remake, Evilenko (2004), de David Grieco.

En México se han filmado recientemente cintas que circulan en DVD como La Mataviejitas (sobre vida obra, milagros luchísticos y crímenes de Juana Barraza), El Robo más Chin... del Siglo, (sobre el robo a las cajas de valores de un banco de Tecamachalco) y Coopelas o Cuellos (sobre el chino mexicano y los millones decomisados)… todas de Miguel Marte. La próxima inspirada en Calva Zepeda, nuestro caníbal chilango, seguro se va a llamar: El Caníbal de la Guerrero.

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