El Papa Benedicto XVI realizó ayer en el Campo de Marte, la misa de canonización de Frei Galvao, el primer santo nacido en Brasil. (EFE)
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SAO PAULO, BRASIL.- El Papa Benedicto XVI canonizó ayer en Sao Paulo al beato Frei Galvaoo, el primer santo brasileño, durante una misa al aire libre celebrada en el Campo de Marte, en presencia de más de un millón de fieles.
El Pontífice pronunció la canonización de Frei Galvao poco después que el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal portugués José Saraiva Martins, leyera al Papa la vida de Frei Galvao.
Los centenares de miles de brasileños que asistieron a la misa en Campo de Marte, la actividad más concurrida de las realizadas por el Pontífice en Brasil, estallaron en vítores, agitaron banderas y pañuelos y entonaron cánticos cuando éste pronunció la canonización.
El primer santo brasileño nació en 1739 en Guaratinguetá, estado de Sao Paulo, en el seno de una familia profundamente católica y murió en 1822 en Sao Paulo, a los 82 años de edad.
La comisión médica de la Congregación para las Causas de los Santos aprobó en 2005 los milagros que condujeron a su canonización y luego éstos fueron ratificados por una comisión de teólogos.
La canonización de Frei Galvao es uno de los actos principales de la visita del Pontífice a Brasil.
Por la tarde, el Papa viajó a bordo de un helicóptero a la ciudad de Aparecida, donde visitará el santuario y abrirá mañana la V Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
El Pontífice partió tras participar en un encuentro con unos 400 obispos brasileños en la Catedral de la Sé en Sao Paulo, de donde abordó el tradicional “papamóvil”, se dirigió al aeropuerto de Campo de Marte y abordó un helicóptero.
Benedicto XVI saludó en las afueras de la catedral a unas diez mil personas y en el camino a otros miles de fieles que lo vitorearon a su paso y el de su comitiva, la cual se desplazó bajo una fuerte vigilancia policial por algunas calles de Sao Paulo.
Unos 300 elementos de seguridad estuvieron encargados de resguardar el aeropuerto, donde el Papa se despidió de las autoridades de Sao Paulo que lo recibieron el pasado miércoles, al inicio de su visita a Brasil.
La aeronave, que tardó una hora en recorrer los 167 kilómetros que separan a Sao Paulo de Aparecida, aterrizó en el helipuerto del Santuario de esa ciudad.
El Pontífice se dirigió al Seminario del Buen Jesús, donde pernoctaría anoche y hoy sábado, para inaugurar mañana la V Conferencia del Celam, acto con el cual cerrará su visita de cinco días a ese país sudamericano.
