EL UNIVERSAL
MÉXICO, D.F.- Las miles de representaciones que de la Virgen de Guadalupe existen a lo largo y ancho de México, nos hablan de una apropiación: cada quien celebra su devoción con una recreación visual que ha hecho de la imagen un signo de pertenencia.
Esta condición la advirtió el diseñador gráfico Rafael López Castro, quien dio vida a Reina de México. Vestida del sol (Ediciones Era), un libro en el que la fotografía, más que las palabras, comunican ese sentir de la sociedad mexicana en torno de la Virgen Morena.
La publicación contiene los retratos que por años López Castro captó en distintos espacios de la capital mexicana, donde ella figura a veces dibujada en paredes, adornando piedras, como marco de una puerta o ventana, o retratada a pleno color.
Para el antropólogo Roger Bartra, quien hace la introducción del libro, López Castro lo que hace es revelar con su cámara fotográfica las insospechadas metamorfosis del gran mito mexicano.
"La mujer maravillosa que vemos en las calles de México no es una aparición: ella pertenece a la ciudad, y quienes ahora la encuentran son como el bachiller Laso de la Vega, quien en el siglo XVII descubrió que 'habían sido adanes dormidos poseyendo a esta Eva segunda en el paraíso de su Guadalupe mexicano'. Son los adanes y juanes de las ciudades mexicanas quienes, no sin cierta devoción machista, descubren a la Virgen de Guadalupe cuando la pintan en los muros".
Lo paradójico es que lo reiterado de la imagen no ha cerrado las puertas a nuevas formas de imaginarla: esas otras vetas son halladas por el fotógrafo.
A las muchas representaciones que se encuentran por todas partes de la ciudad les pasa que la lluvia, la contaminación y hasta los orines de borracho -señala Bartra- las transforman más. Se genera así la acción del azar, "de la imposibilidad de la repetición y de la fatalidad de la contingencia surge la imagen novedosa".
Al explicar las características de las imágenes, Roger Bartra señala que "como suele suceder con el arte popular, el artista renuncia a la perspectiva y a las proporciones, y a veces se le acaba la pared sin haber logrado dibujar el cuerpo entero de la mujer". En otras ocasiones, "se advierte la influencia del arte de los calendarios ilustrados con su colorido típicamente kitsch. Hay también vírgenes en un contexto obviamente inspirado en los cómics y en el arte mural de los chicanos, los cholos y las maras, realizado acaso por tribus urbanas de jóvenes que van y vienen de Estados Unidos".
Lamentablemente, en la edición no se incluyen detalles sobre el origen de las fotografías y la fecha en que fueron tomadas, algo que resultaría más esclarecedor sobre este tipo de formas de representación de la Virgen.
