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Carlos Valdés Dávila, premio Alessio Robles

Hora cero

Roberto Orozco Melo

El Centro Cultural Vito Alessio Robles entregó anoche su presea anual al doctor Carlos Valdés Dávila, en justo reconocimiento a la extensa y valiosa obra de investigación que ha realizado sobre la historia de Saltillo y del noreste de México.

El currículum vitae del doctor Valdés Dávila es muy importante y diverso sin duda alguna, pero no sólo es notable en la ardua tarea de investigación y estudio hermenéutico de los documentos históricos: Carlos ya es dueño de un espíritu humanista por su propia naturaleza. Importa afirmarlo, pues esta cualidad se adiciona a otras virtudes: posee buenos sentimientos, es benigno, tolerante y comprensivo. Durante los años en que hemos sido amigos jamás escuché en su voz una crítica áspera para terceras personas, salvo en los temas que atañen a su irreductible catálogo ético: la democracia y la ecología, por ejemplo.

Quizá fue por tal inclinación de espíritu que estudió la licenciatura en Ciencias Morales y Religiosas en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Después se graduaría en Ciencias de la Educación por la Universidad de París en Nanterre, Francia y más tarde obtuvo la maestría en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos y el doctorado en Historia por la Universidad de Perpiñan en Francia.

La asunción humanista de Carlos no se agotó en el conocimiento teórico; Carlos Valdés defendió un doctorado más en servicio del prójimo: entre los años 1976 a 1985 trabajó en el agobiado sureste mexicano, donde enriqueció su vocación al convivir —es decir vivir— con los indios tojolobales chiapanecos y con los yaquis en Sonora, sirviéndoles en función y carácter de promotor y capacitador educativo. En ambos casos aprendería a expresarse con los dialectos de ambas tribus, captaría la especial sensibilidad interior de nuestras razas autóctonas y se indignaría ante la histórica incomprensión de que han sido víctimas éstas y otras tribus indígenas durante los primeros tres siglos de absoluta dominación española y dos más en el todavía existente coloniaje cultural occidental.

Los amigos de Carlos escuchamos el relato modesto y sucinto de sus experiencias y compartimos sus reiterados sentimientos solidarios hacia los indígenas y la fraternal simpatía para las personas desvalidas y mal tratadas. En Saltillo se recuerda con gratitud su trabajo científico y humanitario como jefe del Departamento psiquiátrico y psicológico del Centro Estatal de Readaptación Social de cuyo desempeño y experiencia desprendió material para dos libros didácticos de psicología. Actualmente es un sólido investigador de la Escuela de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila.

La producción editorial de Carlos deviene nutrida y variada: 1) En 1989 publicó el “Catálogo del Centro de Documentación Regional” de la Universidad Autónoma de Coahuila, hoy agotado. 2) Ese mismo año se imprime “Esclavos negros en Saltillo en la época colonial. Siglos XVII a XI” (Saltillo, AMS y Universidad Autónoma de Coahuila, en colaboración con Ildefonso Dávila en dos ediciones agotadas. 3) En 1991 se da a luz la antología de documentos “San Esteban de la Nueva Tlaxcala. Textos para su historia” también en colaboración con Ildefonso Dávila (325 páginas). 4) Luego aparece el libro “Sociedad y delincuencia en el Saltillo Colonial” con una primera edición (1995) en lengua francesa y una segunda (1999) en idioma castellano por el Archivo Municipal de Saltillo.

5) El mismo año sale a luz su trabajo “La gente del mezquite. Los indios nómadas en el noreste de México en la Colonia” (CIESAS, México, 1995) que mereció dos premios importantes: mención honorífica en el concurso Francisco Javier Clavijero en 1996 y el premio para el libro más vendido de la colección CIESAS, hoy agotado). 6) En 1998 circuló el “Catálogo del Fondo Testamentos” en dos tomos, publicado por el AMS, con la autoría de Valdés Dávila y la colaboración de Ildefonso Dávila, María del Rosario Villarreal y Héctor Carballo. 7) En 2001 leímos “Gerónimo Camargo, indio coahuileño. Crónica de vida y muerte cotidianas del Siglo XVIII” publicado por Carlos con la colaboración de Corona Páez por la Universidad Iberoamericana en Torreón con 45 páginas. 8) Le siguió el “Ataque a la Misión de Nadadores: dos versiones documentales sobre un indio cuechale”. 9) Después se presentó la guía documental “Fuentes para la historia india de Coahuila” (1999), texto en coedición de la Fundación Histórica Tavera de Madrid con el benemérito Archivo Municipal de Saltillo.

Pero también destacan sus obras docentes: 10) La “Geografía e historia del Estado de Coahuila” para tercer grado de primaria editada por vez primera en 1997 con siete ediciones más, varias reimpresiones y un total de 271,500 libros en circulación. 11) Y otro: “Lecturas de Coahuila”, antología de textos con la colaboración de Rodolfo Gutiérrez y Adolfo Falcón en 1999. 12) Una “Metodología de la investigación cualitativa” (Saltillo, Escuela de Psicología de la UadeC en 2006) y posteriormente, 13): “Bases para una psicología experimental” (UAdeC, 2006).

Varias docenas de trascendentes ensayos y artículos ha escrito Carlos Valdés con diferentes temas, tanto en acreditadas publicaciones nacionales como extranjeras. También es notable su registro de conferencias. Y después de tanto éxito, son de admirar la sencillez y modestia con que recibe las distinciones que se le disciernen, entre los cuales destaca, a partir de ayer, la presea Vito Alessio Robles.

Felicidades, Carlos, por esta merecida distinción y así mismo nuestra congratulación al jurado de la Presea CCVAR por la justicia académica que entraña la selección de recipiendario para este 2007.

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