EL UNIVERSAL
ROMA, ITALIA.- En Frosinone, una pequeña población cercana a Roma, Isabella, una mujer de 49 años, preocupada por que su marido no ?funcionaba?, organizó una noche romántica que por poco se convierte en una noche trágica.
A la luz de las velas, música suave y variedad de pescados y mariscos, decidió incluir entre el menú, una copa de vino rojo con la particularidad que adentro disolvió dos pastillas de Viagra, lógicamente sin el conocimiento del desprevenido esposo.
Minutos después de haber bebido el elixir, comenzó a sudar, la respiración se aceleró y un fuerte dolor en el pecho lo hizo caer a tierra. La mujer, angustiada, llamó al pronto a la ambulancia quienes lo trasladaron sin perder tiempo a un centro hospitalario.
El diagnóstico: Angina inestable, más conocido como preinfarto.
El médico advirtió que por pocos minutos la situación habría sido fatal y que le llamaba la atención que se hubiera presentado esta situación ya que había confirmado que el paciente no tenía antecedentes de problemas coronarios.
En ese momento la mujer rompió en llanto y confesó que le había suministrado esta ?poción del amor? por recomendación de una amiga quien también le regaló las pastillas: ?Yo sólo quería una noche romántica y la verdad creo que me excedí en la dosis?, argumentó arrepentida.
Ante esta confesión y luego de la recuperación del esposo, el convaleciente hombre decidió que la perdonaba y prometió que trataría de dedicarle más tiempo y concentración a su amada consorte ya que no quería correr el riesgo de perderla.
Sin embargo, éste no es un caso aislado ya que en Roma el siete de enero un hombre de 52 años que quiso ofrecerle una noche romántica a su mujer, murió luego de haber ingerido dos pastillas de Viagra y haberlas combinado con varios vasos de whisky.
