Madeleine McCann está desaparecida desde el tres de mayo en Portugal. (EFE)
La suerte corrida por la niña británica de cuatro años Madeleine McCann, quien desapareció de su cuarto de hotel en el sur de Portugal mientras sus padres cenaban a apenas 50 metros de distancia, ha enternecido al mundo y a la vez causado un debate internacional.
¿Actuaron sus padres de manera negligente al dejarla a ella y a sus dos hermanitos menores solos, inclusive por algunos minutos? ¿O era que se sentían seguros en esta población veraniega donde acuden tantas familias?
Las preguntas han acrecentado los temores que acosan a los padres en todas partes del mundo. Sin embargo, las respuestas varían, revelando las diferencias culturales en el seno de Europa y a través del Atlántico.
En Portugal y en buena parte del resto del sur de Europa, los padres suelen llevar a sus hijos con ellos, inclusive a bares llenos de humo de los cigarrillos. Y en esa región, muchos han acusado a los McCann de actuar con negligencia, pese a que se hallaban a escasos segundos de la habitación, en un restaurante al lado de una piscina. El matrimonio dice que iba cada media hora a revisar el cuarto para ver si todo estaba bien. El centro vacacional ofrece servicios de cuidado de niños, pero los McCann al parecer decidieron no usarlos esa noche.
“Uno no debe dejar a los niños solos”, dijo Francisco Vieira, de 77 años, padre de dos hijos ya grandes que trabaja en una playa de estacionamiento cerca de la playa de Praia da Luz.
Indicó que un secuestro “no es el tipo de cosa que uno esperaría aquí, pero tampoco es cuestión de correr riesgos. Nosotros nunca dejamos a nuestros hijos solos”.
El choque de culturas ya ha surgido como un tema en dramas del pasado que involucraron a niños.
En 1997, un bebé fue dejado en un cochecito a las puertas de un restaurante de Nueva York mientras su mamá cenaba y bebía. Varios asistentes al restaurante llamaron a la Policía y se quejaron de la negligencia exhibida por la madre.
Tras ser detenida, la madre dijo que abandonar a los bebés en la calle mientras se iba a un restaurante era una práctica común en su país de origen, Dinamarca, y le entabló una demanda a la ciudad por falso arresto. Los cargos fueron anulados y la mujer recibió una indemnización de 66.401 dólares.
En Gran Bretaña, las críticas a los McCann, ambos médicos, han causado una ola de indignación. Tabloides y programas de televisión han hecho campañas en favor de la familia.