Acciones rudas en varias ocasiones se dieron en el triunfo de los Cavaliers de Cleveland sobre Pistones de Detroit, en juego que se fue a dos tiempos extras. (AP)
Después de dos tiempos extras los de Clevaland le ganan en su casa a Pistones.
Auburn Hills, Michigan.- El alero LeBron James esta vez sí reivindicó su condición de líder ganador y con 48 puntos guió a los Cavaliers de Cleveland a la victoria por 109-107 frente a los Pistones de Detroit en el quinto partido de las finales de la Conferencia Este, que no se decidió hasta la segunda prórroga.
James, que logró su mejor marca en la fase final, anotó la canasta del triunfo cuando faltaban sólo dos segundos para que concluyese la segunda prórroga después que se dieron los empates a 91-91 en el tiempo reglamentario y a 100-100 en los primeros cinco minutos de alargue.
La victoria dejó a los Cavaliers con la ventaja de 3-2 en la serie que disputan al mejor de siete partidos y el sexto se jugará mañana sábado en su campo del Quicken Loans Arena, donde podrían lograr el pase a las primeras finales de la Asociación Nacional de Basquetbol (NBA) de su historia.
James fue una auténtica pesadilla para la defensa de los Pistones y el jugador que siempre anotó los puntos decisivos en los segundos finales del tiempo reglamentario y ambas prórrogas. El alero estrella de los Cavaliers, que anotó 18 de 33 tiros de campo, incluidos dos de tres triples, y diez de 14 desde la línea de personal, también capturó nueve rebotes, repartió siete asistencias y recuperó dos balones.
James, con 9.5 segundos para concluir el tiempo reglamentario, anotó la canasta que forzó la primera prórroga con un parcial de 91-91, mientras que el base Chauncey Billups falló un triple para los Pistones.
El protagonismo de James fue completo en la primera prórroga al anotar los nueve puntos de su equipo y también fallar con 7.9 la canasta que hubiese adelantado la victoria de su equipo cuando había un parcial de 100-98, lo que permitió que Billups, con dos tiros de personal cuando faltaban 3.1 segundos, forzara la segunda prórroga. Pero esta vez James ya no falló la canasta ganadora y sí lo hizo Billups para dejar de nuevo a los Pistones al borde del abismo y sin respuestas al juego del gran héroe y figura del partido y de los tres triunfos que ahora tienen los Cavaliers.
Los Pistones con 3:15 minutos para concluir el tiempo reglamentario tenían una ventaja de siete puntos y su defensa fue incapaz de impedir la remontada y el espectáculo encestador de James.
El pivote lituano Zydrunas Ilgauskas anotó 16 puntos con ocho rebotes y el base novato Daniel Gibson aportó 11 tantos para ser el mejor reserva y el tercer jugador que logró doble dígitos con los Cavaliers, que tuvieron un 45.1 por ciento de acierto en los tiros de campo y el 46.7 en los triples (7-15), superior al 28.6 (4-14) de los Pistones.
El alero brasileño Anderson Varejao jugó 33 minutos y anotó tres de seis tiros de campo y tres de cuatro desde la línea de personal, capturó tres rebotes, recuperó dos balones y puso dos tapones con los Cavaliers.
Los Pistones volvieron a estar inconsistentes en su juego de ataque y aunque el escolta Richard Hamilton esta vez respondió con 26 puntos, el base Chauncey Billups anotó 21 y el pivote Chris Webber firmó 20 tantos, los aleros Rasheed Wallace y Tayshaun Prince fallaron nueve de 13 tiros de campo.
Wallace compensó con nueve de diez desde la línea de personal para conseguir 17 puntos, ocho rebotes y dos asistencias, pero Prince, que no ha sido factor en lo que va de la serie, se quedó con sólo diez tantos.
Otro problema para los Pistones fue la expulsión del alero Antonio McDyess, su mejor sexto hombre, por falta intencional a Varejao antes que concluyera el primer cuarto.
McDyess tiró al suelo a Varejao al ponerle el brazo en el cuello cuando intentaba la penetración a canasta y James fue a defender a su compañero, sin que al final hubiese mayor problema entre el resto de los jugadores de ambos equipos.
Los árbitros también le pitaron falta técnica a James por haberse enfrentado a McDyess, que abandonó el campo, moviendo su cabeza y sin poder creer que estaba expulsado.