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Cecilia va por una nueva historia

Cecilia confesó que había intentado reconstruir su relación con el actual presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. (Archivo)

Cecilia confesó que había intentado reconstruir su relación con el actual presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. (Archivo)

El Universal

Rompe la ex primera dama su silencio y confiesa que el palacio del Elíseo no era su sitio y que no existe ningún misterio, ni enigma en su separación del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.

Cuando Cecilia María Sara Isabel Ciganer-Albéniz cumplió 17 años tomó una decisión que terminaría convirtiéndola en una mujer independiente y segura de sí misma, dos cualidades que vuelven inseguros a los hombres. La hermosa joven, dueña de unas piernas interminables y de una mirada felina, se fugó con el hijo del dueño de Fouquet’s.

Después de varias aventuras con hombres maduros, la hermosa Cecilia se casó, ya estando embarazada, con Jacques Martin, en su época, el animador de televisión más famoso del país y 25 años mayor que ella. La historia que toda Francia casi conoce de memoria, señala que el alcalde de Neully, un tal Nicolas Sarkozy, fue el encargado de celebrar el matrimonio.

La biografía no oficial del actual presidente francés, señala que Nicolás quedó embrujado por la belleza exótica de Cecilia y que se propuso ese día, 10 de agosto de 1984, una meta que alcanzaría tres años más tarde, cuando Cecilia terminó claudicando a las insinuaciones amorosas del joven alcalde.

Fue el comienzo de una relación que cautivó al país y que el jueves pasado tuvo un desenlace infeliz. Pero a lo largo de 20 años, Cecilia dejó de ser una madre abnegada de sus dos hijas para convertirse en la asesora más importante del futuro presidente de Francia.

“Yo no estaría donde estoy sin su ayuda”, confesó Sarkozy cuando se convirtió, en 2002, en ministro del Interior. Fue la época más feliz de la pareja. Cecilia, ocupó una oficina al lado del ministro-esposo y se convirtió en la consejera, la confidente y la amiga con licencia para decir la verdad. “Ella es mi fuerza y también mi talón de Aquiles”, confesó Sarkozy a la revista L’Express en 2003, sin saber que la hermosa Cecilia, en lugar de disparar una flecha a su talón acabaría abandonándolo, para seguir a un apuesto empresario a Nueva York.

REBELDE Y APASIONADA

Toda Francia sabe que Cecilia Sarkozy, la atractiva ex modelo de Schiaparelli de 49 años, gracias a su aura de mujer infiel e independiente, terminó convirtiéndose en una heroína y pecadora, pero también en una mujer rebelde, apasionada y contradictoria.

Cecilia regresó a Francia cuando su ahora ex marido se preparaba para iniciar su campaña para conquistar la candidatura. Según algunas informaciones periodísticas, fue un regreso pactado. Durante meses, el matrimonio Sarkozy habría fingido una feliz reconciliación para asegurar el triunfo en las urnas del actual presidente galo.

La ruptura definitiva entre Cecilia y Nicolas Sarkozy se produjo, según la periodista de la revista Nouvel Observateur, Carole Barjon, el 6 de mayo pasado. “Al no acudir a votar en la segunda vuelta de la elección presidencial, la mujer del candidato de la UMP dijo públicamente ‘no’ a su marido. Al mismo tiempo, ella señaló su rechazo a una nueva vida en el Elíseo”, escribió.

¿Verdad o mentira?

Cuando todavía no habían transcurrido 24 horas del espectacular anuncio de divorcio y después de que un portavoz del Elíseo señalara que la pareja no haría comentarios, Cecilia rompió su silencio y confesó, desde las páginas del periódico regional L’Est Republicain que el palacio del Elíseo no era su sitio y que no existía ningún misterio, ni enigma en su separación.

Con admitir que hace dos años había encontrado a una persona de la que se enamoró y por la que abandonó el hogar conyugal, Cecilia confesó que había intentado reconstruir su relación con el actual presidente de Francia. “Lo hemos intentado todo, hemos puesto a la familia por delante de todo. Pero ya no era posible... Lo que nos ha ocurrido le pasa millones de personas. Un día la pareja ya no es la cosa más esencial de tu vida y ya no funciona”, dijo la ex primera dama y que ahora se prepara, según sus propias declaraciones, a “tomar los pinceles para pintar una nueva historia”.

París, Francia

‘Divorciarse es un acto de honestidad’

“Divorciar(se) es un acto de honestidad”, afirma Cecilia Sarkozy, que desea a su ex marido, el presidente de Francia, que sea “feliz” y encuentre “la serenidad”.

“Honestamente ya no le aporto lo que necesita”, explica la que fue primera dama de Francia durante cinco meses, en una entrevista con la revista “Elle” que, de forma excepcional, adelantó dos días la publicación de su último número con motivo de esta entrevista.

Mientras que Nicolás Sarkozy se negó a comentar su “vida privada” a preguntas ayer en rueda de prensa tras la cumbre europea de Lisboa, su ex esposa se explaya públicamente por segunda vez desde que el Elíseo anunciara el divorcio de la pareja el pasado jueves, tres días después de que fuera pronunciado por un juez.

“Quiero vivir mi vida sin mentir”, declara Cecilia, de 49 años, en portada de la revista, en la que posa al estilo de una modelo, lo que fue en su juventud.

Unidos desde hacía 20 años y casados en 1996, ambos en segundas nupcias, los Sarkozy estuvieron separados en 2005 -ella dio portazo al enamorarse de un publicista y él mantuvo una relación extra-conyugal con una periodista-, antes de exhibir su reconciliación en 2006, cuando se calentaba la campaña presidencial.

“Nicolás y yo nunca hemos mentido”, replica Cecilia, al negar que fingieran esa reconciliación durante la campaña electoral.

“Hemos tratado de reconstruir, salvar nuestra pareja. Hasta el final”, insiste, como ayer en un diario, en su primera entrevista tras el anuncio de la ruptura, pese a la declaración del Elíseo de que los dos protagonistas de este divorcio inédito para un jefe de Estado galo en ejercicio no harían comentarios.

Tras resaltar que dedicó “veinte años” de su vida que “no han sido siempre fáciles, ni mucho menos”, a Nicolás Sarkozy, de 52 años, y que era su “deber de esposa” ayudarle a “realizar su ambición” de llegar al Elíseo, afirma: “Hoy ya no me necesita”.

“Deseo que encuentre la serenidad, que sea el político que aportará a nuestro país lo que necesita y le deseo que sea feliz. Honestamente ya no le aporto lo que necesita para esa serenidad y esa calma. Tiene derecho a la felicidad, se la merece, y yo no puedo hacerle feliz si no estoy bien personalmente” , explica.

Sobre su partida en 2005, explicó que lo hizo “mal” y “demasiado de prisa”, dejó de lado sus “valores y principios” y tuvo que regresar para “tratar hasta el final” de salvar su familia. “Esta vez quiero ser correcta. Hoy me voy no por algo ni por alguien. Hago las cosas correctamente (...) como Dios manda, como dice una expresión española”, declara la biznieta del compositor español Isaac Albéniz.

El papel de primera dama le daba “miedo” , dice quien se destacó por sus espectaculares ausencias en actos oficiales desde el pasado verano. “Quizá yo no sea como las demás. Lo que echo de menos ante todo es hacer las compras en el supermercado con mi hijo Louis”, de 10 años y que, según el acuerdo de divorcio, residirá con ella aunque mantendrá contactos estrechos con su padre.

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