En los centros ceremoniales cercanos a Cuernavaca, Morelos, la asistencia de personas que gustan de homenajear al Sol fue escasa.
Desde temprana hora, miles de personas acudieron a celebrar el equinoccio de primavera a las zonas arqueológicas de Teotenango, Calixtlahuaca y al Centro Ceremonial Otomí, ubicados en los municipios de Tenango, Toluca y Temoaya.
En el Centro Ceremonial Otomí, ubicado a 42 kilómetros de Toluca, se efectuaron diversos rituales con el fin de iniciar el ciclo agrícola 2007, así como para pedir por la armonía y la sanación de la Madre Tierra.
Como ya es tradición, derivado de este fenómeno natural que se presenta cada año cuando el Sol cruza el Ecuador y pasa del hemisferio sur al norte, representantes de la cultura Otomí iniciaron desde temprana hora con el acto denominado Magna Ceremonia de los ocho mil Tambores Sagrados, que fue presenciado por dos mil personas.
Esta ceremonia se enfoca a la sanación de la Madre Tierra, ya que según una profecía de los ancianos otomíes, el día que se reúnan los sonidos de ocho mil tambores se iniciará la verdadera sanación de la Tierra, así como de todas las especies, incluida la raza humana.
De igual forma en la zona arqueológica de Calixtlahuaca, a 11 kilómetros de la capital mexiquense, más de mil 500 personas se dieron cita para presenciar las danzas y ritos propios de esta celebración.
Asimismo otras dos mil personas acudieron a la zona arqueológica de Teotenango, en el municipio de Tenango del Valle, para recibir la primavera, aún cuando ésta entró formalmente el martes en punto de las 18:07 horas.
Al finalizar las ceremonias en honor al “padre Sol”, en los tres centros ceremoniales prehispánicos, los jefes supremos de las etnias otomí, nahuatl y matlazinca, rindieron culto al padre Sol y a la madre Tierra, para solicitar permiso a fin de iniciar con las labores para la siembra de semillas y que la cosecha sea abundante.
En el Centro Ceremonial Otomi, el grupo Fuego Nuevo Ra pidió al Sol, a la Luna, a la Tierra y al Universo, ayuden a la gente enferma para que recupere su salud, mientras que la última, ceremonia se enfocó a la sanación de los bosques y la naturaleza en general, ya que cada día es más difícil protegerlos de la depredación humana.
En todas las ceremonias efectuadas en los sitios prehispánicos del Estado de México, el elemento más importante es el Sol, ya que de acuerdo con la cosmogonía prehispánica, este elemento es su dios y sinónimo de la vida misma.