Para hoy, Domingo de Pascua o de Resurrección, la ceremonia litúrgica en los templos vuelve a la normalidad ya que los católicos festejan que Cristo abandonó su tumba y resucitó de entre los muertos.
El Siglo de Durango
El ambiente de duelo imperó ayer durante el transcurso del día en los templos y las parroquias de la ciudad de Durango. Y es que, según el calendario de la Semana Santa, el Sábado Santo se recuerda la sepultura de Jesús y es un día de espera silenciosa junto al sepulcro.
Sin embargo, para hoy, Domingo de Pascua o de Resurrección, la ceremonia litúrgica en los templos vuelve a la normalidad ya que los católicos festejan que Cristo abandonó su tumba y resucitó de entre los muertos.
El Sábado Santo, en la mayoría de las lecturas y las homilías que ofrecieron los sacerdotes en Durango, fue coincidente la exaltación al valor de la Virgen María para enfrentar la pérdida de su hijo Jesús.
Es que, el Sábado de Gloria, como también se le conoce a esta fecha casi al término de la Semana Mayor, representa para los creyentes otro día de luto, pues se recuerda el paso de Jesucristo entre la muerte y la resurrección.
En la actualidad, las celebraciones de este día ya no se desarrollan como en el pasado, es decir que por la mañana se recordaba la Resurrección de Cristo y la Apertura de la Gloria; hoy, las ceremonias se realizan por la noche, en la solemne Vigilia Pascual.
Por eso ayer, el presbiterio local resaltó que la fecha del Sábado Santo representa la fiesta más grande para los católicos, pues es cuando Jesucristo vence a la muerte y resucita.
En varios templos capitalinos la ceremonia comenzó afuera de la iglesia en donde se encendió una fogata, el sacerdote bendijo el fuego nuevo y consagró una vela adornada que se llama Cirio Pascual, y que durante la Pascua representará a Cristo resucitado.
Posteriormente, todos los fieles encendieron su propio cirio en el Cirio Pascual Consagrado, como signo del bautismo en el que resucitan con Cristo a una vida nueva.
Ya por la noche los creyentes llevaron a cabo la llamada Vigilia Pascual, que implicó permanecer despierto, en algunos casos hasta media noche, en otros solamente hasta después de las diez de la noche, lo cual se acompañó con una serie de lecturas que hablan de la historia de la salvación.
Ayer mismo se renovaron las “promesas bautismales” y se usó agua en abundancia en los templos, pues ésta representa el signo de vida y purificación. Y fue al final de la celebración cuando se repartió el Agua de Gloria y se invitó a los asistentes a que llevaran a sus casas el Cirio Pascual y agua bendita.
Normal
Para este Domingo de Resurrección las parroquias y los templos de la Arquidiócesis de la Iglesia Católica en Durango reanudan sus horarios normales de cada domingo para el oficio de la Santa Misa.
La Arquidiócesis informó que salvo algunos casos excepcionales, la generalidad de los templos tendrán su itinerario tradicional de liturgias a celebrar este día en Durango.