Jared Borgetti, Gabriel Caballero y Cristian Montecinos celebran el gol del sinaloense que dio a Santos Laguna su primer título en la máxima categoría del futbol mexicano, en el Torneo Invierno 1996. (Fotografías de Ramón Sotomayor Covarrubias y archivo)
El deporte ha ido de la mano con el crecimiento de nuestra ciudad.
Para el 13 de julio de 1907, fecha en que se expedía el decreto para elevar a la categoría de ciudad a la entonces Villa del Torreón, y que entraría en funciones el 15 de septiembre del mismo año, en este lugar se practicaban ya algunas ramas deportivas, especialmente el beisbol y el futbol, y un rudimentario atletismo, traídos por emigrantes extranjeros que se avecindaban en la naciente urbe, lo mismo por cuestiones de trabajo que en forma permanente.
Se busca infructuosamente literatura sobre el tema. A cambio, la tradición oral, heredada de padres a hijos y bisnietos, habla de que junto a las vías que se levantaban para los ferrocarriles Central e Internacional estaban los campamentos de los trabajadores y que en las cercanías se improvisaban campos para la práctica del beisbol, que pudiera ser la primera rama que se practicara en estos lares.
Fue en el Centro Deportivo Nacional, que se ubicaba a espaldas del edificio de la Compañía de Luz, por la avenida Allende entre las calles Múzquiz y Ramos Arizpe, donde se practicaba el beisbol y se realizaban eventos atléticos.
Después, con la llegada de emigrantes españoles a Torreón y sus cercanías, se agregaría la práctica del futbol y se dice que éste floreció más por el rumbo de Francisco I. Madero, Coahuila. Agregándose asimismo un rudimentario atletismo que comprendía en un principio competencias de velocidad.
Así, cuando Adolfo Aymes instaló la primera industria en esta ciudad, llamada La Constancia, fábrica de hilados y tejidos de algodón, tenía junto a sus cien telares rudimentarios campos para la práctica del beisbol, lo que haría también la Compañía Manufacturera La Alianza, fábrica de aceites y jabones.
Posteriormente, grandes impulsores del beisbol lo fueron los funcionarios de la fábrica La Esperanza, aunque en Gómez Palacio y en Torreón los de Jabonera La Unión, de cuyo parque saldrían las bases para lo que años más tarde sería el equipo Unión Laguna.
El futbol aparecería después en algunos ranchos laguneros, y tomando domicilio oficial en Torreón en las canchas del Real Club España, cuyas instalaciones estuvieron por la calzada Colón, frente a donde hoy está la estatua del insigne navegante. Donde se practicaron otras ramas como el frontón, rebote, jai-alai, pala, tenis y el atletismo.
Conforme fue creciendo Torreón, su urbanización trajo aparejada la creación de muchos campos deportivos, improvisados la mayoría en terrenos baldíos primero a un lado de las vías del ferrocarril y después por el oriente.
Y el crecimiento de inmigrantes españoles traería también sus costumbres y tradiciones. Así, la primera Plaza de Toros estuvo en Morelos y Javier Mina. Después en terrenos de lo que hoy es la colonia Martínez Adame y posteriormente en la colonia Moderna, donde Fernando Rodríguez Rincón construyó la que todavía está en uso, lo mismo para espectáculos taurinos que para festivales artísticos o de lucha libre.
Fueron españoles también los que adentraron la práctica del frontón, aunque también aparecieron por diferentes sitios citadinos las canchas para “el rebote”, mismas que han ido desapareciendo. Españoles y mexicanos construyeron aquí las primeras albercas, no sólo para mitigar el calor, sino para impulsar la natación y saltos de trampolín, destacando entre ellas la Esparza, atrás de la Plaza de Toros, la Torreón, por el oriente y la de San Isidro, moderna y apta para eventos oficiales. Y entre los impulsores figurarían después los hermanos Anastasio y Andrés Papadópulos, así como Francisco Cobos.
Un poco más tarde aparecería el basquetbol, que empezó a practicarse en las primeras escuelas, especialmente en la Alfonso Rodríguez y la del Centenario, donde años más tarde Alfonso Esparza Hernández se convertiría en gran impulsor de la rama, patrocinando numerosos equipos e impartiendo los conocimientos de la rama. Otro impulsor lo fue Rodolfo Rodríguez Adalid.
El atletismo fue adquiriendo madurez y pronto numerosos triunfos. Ahí, uno de sus grandes impulsores lo fue el profesor Armando de Pablos, y uno de sus escenarios fue el majestuoso Estadio de la Revolución, donde forjó campeones de la talla de Conchita Villanueva, René y Carlos Fajer, Carlos Pérez Valdés, etcétera.
El tenis, que empezó a practicarse formalmente en las canchas del Club España, tuvo entre sus impulsores el inglés Stanley Peegram, y después a Elsa Zurita, Aristeo Calzada y más adelante a Alfonso Estrada y Aurora Legarreta de Medellín.
EL BEISBOL
El beisbol se practicó primero junto a las vías del ferrocarril y también en los llamados Campos Nacionales de México que estaban donde hoy se ubica el Auditorio Municipal, en la prolongación de la calzada Colón, así como junto a la Continental Mexican Rubber Co, que estaba por rumbos donde hoy está el Tecnológico de La Laguna. Más adelante habría más campos en la parte oriente de Torreón Jardín, en donde celebraban sus juegos los equipos que militaban en las ligas pioneras de dicha disciplina, como la de Empleados y Profesionistas y Torreonense, respectivamente.
Al celebrar Torreón sus 25 años como ciudad, en el año de 1932, uno de sus grandes eventos fue la inauguración de su majestuoso Estadio de la Revolución, con grandes avances para su época, pues contaba con alumbrado para los juegos nocturnos del beisbol y las competencias de atletismo. Ahí, su emblemático equipo Unión Laguna iniciaría su existencia, interrumpida en varias ocasiones por diferentes circunstancias.
La primera etapa abarca de 1940 a 1943. Un grupo de empresarios encabezados por el ingeniero José F. Ortiz, Antonio de Juambelz, Antonio Duéñes Orozco, doctor Carlos Finck y el licenciado Rodolfo González Treviño, entre otros, le dan vida al Unión Laguna para competir en la Liga Mexicana de Beisbol, y su primer manager fue Jesús “Matanzas” Valdez, teniendo entre sus jugadores a Roy “Indio” Arkeketa, Red Ruffing, Manuel Fortes, Alcibíades Palma, Jesús “Borrachita” Reza y James “Cool-papa” Bell, además de otros.
En el segundo año, 1941, Baldomero “Melo” Almada, su nuevo manager, abandonó con excusas el cargo, y fue entonces cuando Antonio Duéñes Orozco logró la contratación de Martín Dihigo Llanos, quien procedente del Águila de Veracruz venía como manager y jugador, resultando la inolvidable estrella recordada hasta nuestros días, pues al año siguiente, en 1942, llevó al Unión Laguna a conquistar su primer gallardete. El segundo lo lograría el lagunero Guillermo Garibay en 1950.
En 1943, cuando Unión Laguna se encaminaba a su segundo título, apareció la figura de Jorge Pasquel anulando victorias algodoneras, pretextando entre otras cosas el que Algodoneros utilizaba los servicios del lanzador norteamericano Terry McDuffy, pues decía que los bateadores no le veían la bola en los juegos nocturnos por su gran velocidad. Unión Laguna desapareció de las competencias de 1943 a 1946 cuando reapareció Martín Dihigo.
En 1947 y 1948 La Laguna volvió a quedarse sin beisbol y fue en 1949 cuando regresó, ya bajo el timón de Guillermo Garibay, con jugadores laguneros de valía como Jesús “Chanquilón” Díaz, José “Zacatillo” Guerrero, Leo Rodríguez y con figuras como Laureano Camacho y Pedro Orta. Fue en ese año cuando nació en la Comarca la Liga Mayor de Beisbol, de gran importancia hasta nuestros días.
Y en la campaña de 1950 se logró el segundo campeonato, bajo el mando del lagunero Guillermo Garibay. Y con jugadores como Laureano Camacho, “Chanquilón” Díaz, “Zacatillo” Guerrero, “Pijini” Bejarano, Otello Renfroe, Carlos Regalado, Luis Favela, Obispo Miller y Tomás Arroyo, entre otros.
En 1951 aparecía con gran debut Moisés Camacho Muñiz y Hermenegildo Navarrete, mientras que en el pitcheo sobresaldrían Tomás Arroyo y “Brinquitos” Brown.
De 1953 a 1969 Torreón volvió a quedarse sin beisbol, y en 1970 reapareció pero en Gómez Palacio, cuando Álvaro Lebrija trasladó ahí a sus Charros de Jalisco, poniendo como manager a Orestes Miñoso, y estando ahí hasta 1974, pues en 1975 Juan Abusaid Ríos adquirió el equipo y lo regresó temporalmente al Estadio de la Revolución, de donde el mismo año lo cambió a su estadio mecano, junto al entonces Estadio Moctezuma, hoy Corona, utilizando la estructura comprada en Houston, Texas.
En el estadio mecano estuvieron al frente José Guerrero y Manolo Fortes, y entre sus jugadores figuraban Rommel Canada, Curtis Brown, Paco Chávez, Alfonso Jackson y Antonio Pollorena, que sería gran ídolo.
En 1976 Unión Laguna consiguió un subcampeonato bajo el mando de Moi Camacho, perdiendo la final con Indios de Juárez. En 1979 la noticia bomba fue la contratación de Héctor Espino, quien sin embargo duró poco y pasó a los Acereros.
En 1982 Juan Abusaid vendió el equipo a Tampico con todo y su estadio mecano.
Fue hasta 1985 cuando el Unión Laguna retornó al Estadio de la Revolución, teniendo como presidente a Jorge Duéñes Zurita y como manager a Mario Peláez, y jugadores como Erick Payton, Rafael García y Ramón Serna.
En 1989 Algodoneros volvió a la fiesta de los play offs ya con la dirección de Marco Antonio Vázquez y con jugadores como Raúl Valverde, Rubén Ávila, el mismo Erick Payton, Juan Manuel Palafox y Marco Antonio Vizcarra, entre otros. 1990 fue también otro año bueno, logrando un subcampeonato ante Bravos de León. Para la temporada 1998 Unión Laguna volvió a cambiar de directiva, quedando al frente Javier Cavazos Gómez.
En 2002 vuelve a haber cambio, adquiriendo el equipo hombres de negocios de La Laguna encabezados por Ricardo Martín Bringas y José Antonio Mansur. Recientemente hubo nuevos movimientos en la organización Vaqueros Laguna, al salir Mansur y entrar Carlos Gómez del Campo.
FUTBOL
El futbol, como hemos dicho, fue traído a Torreón por emigrantes españoles, y su práctica tuvo como punto central ejidos cercanos a Francisco I. Madero, Coah., especialmente Lequeitio.
Ya en el año de 1919 existía la Liga Regional de Futbol, con torneos perfectamente organizados, siendo su presidente Fernando Rodríguez Rincón y secretario Gregorio Ramírez. En ese entonces se aprovechó la inauguración de las instalaciones del Club España, que estaban en la Calzada Colón, para realizar un partido amistoso entre el equipo del Real Club España reforzados por jugadores de un club de igual nombre de la Ciudad de México y el Club Deportivo Nacional que se reforzó con jugadores del Atlas de Guadalajara. Cuenta Eduardo Guerra en sus crónicas, que el equipo España estuvo reforzado por jugadores venidos de fuera como Eladio Olarra y Pedro Aranzábal. A la desaparición del Club España, el futbol siguió practicándose pero aisladamente, pues entre la población el beisbol ganaba simpatías.
Había canchas para el futbol por la Calzada Cuauhtémoc, frente a las instalaciones que ahora ocupa la Cruz Roja. Ahí incluso se instalaron tribunas de madera y se realizaron numerosos torneos.
Con la creación del Deportivo San Isidro, Torreón fue mejorando sus instalaciones para la práctica del futbol, y en dicho club la cancha contó con tribunas de madera que posteriormente se transformarían en la famosa herradura, donde el Club Laguna “La Ola Verde” tenía su casa. Años después aparecía el Torreón conocido como “Diablos Blancos”, con casa inicial en el Estadio de la Revolución y después en su domicilio del Estadio Moctezuma, hoy Corona.
En el intermedio personas como Matías Román Ríos y Jesús “Güero” López, siguieron impulsando el futbol. Luego personas como Marcelino Gené lucharon por darle vida a un equipo profesional apareciendo entre otros equipos El Cataluña.
Y fueron personas como Pedro Valdés, Valeriano Lamberta, Ricardo Plata, Tomás Rodríguez, etc. quienes dieron vida al Laguna. Después, Juan Abusaid fundó el Torreón con cantera del Cataluña.
Al venderse el Laguna y el Torreón, hubo algunos intentos que duraron poco, con equipos que no trascendieron, hasta que Salvador Necochea compró la franquicia del Santos del IMSS que militó primero en Segunda División, y al comprarse la franquicia de Los Ángeles de Puebla pasó a la Primera División.
SANTOS, UN FENÓMENO
Sin haber entrado a una liguilla buscando un campeonato, y por lo general tratando de eludir el descenso, Laguna y Torreón dejaron sin embargo muy gratos recuerdos durante su existencia en la Comarca Laguna.
Para 1975 Juan Abusaid Ríos aceptó la propuesta que le hiciera la Universidad de Guadalajara, a la que vendió la franquicia que era de los Diablos Blancos, y tres años más tarde los directivos del Laguna harían lo mismo con la franquicia de la Ola Verde, vendida a empresarios que sostenían a los Coyotes de Neza.
Tendrían que pasar cinco años para que La Laguna volviera a tener futbol profesional, y esto ocurrió el 4 de Septiembre de 1983 cuando en el estadio Moctezuma se hizo la presentación del Santos IMSS contra Bachilleres de la U. de G. en la Segunda División “B”. Poca gente iba al estadio y sin embargo las habilidades de dos jugadores, Guillermo “El Choque” Galindo y José Luis Rodríguez “El Puma” empezaron a ser conocidas por los amantes del futbol, que seguían renuentes a volver a presenciar futbol profesional, decepcionados por haberse quedado sin sus queridos equipos Laguna y Torreón. Por méritos propios este equipo ascendió a Segunda “A”.
Mucho se batalló para volver a interesar a los aficionados. Santos, que era propiedad del Seguro Social fue ofrecido a empresarios laguneros, pero de ellos, solamente Salvador Necochea dio la cara. Pasaba el tiempo y Santos no lograba el ascenso, hasta que el 30 de Junio de 1988 se hizo el anuncio de que el equipo Ángeles de Puebla era vendido a los dueños del Santos Laguna, integrándose en los nuevos propietarios la Universidad Autónoma de Guadalajara con un 50 % de las acciones, mismas que posteriormente vendería a Cervecería Modelo, que también adquirió el Estadio Corona, que ya había cambiado de nombre, pues había nacido como Moctezuma.
Con el tiempo, Santos Laguna se convirtió en un fenómeno social y deportivo, pues logró unir a aficionados no sólo de una Comarca sino de gran parte del Norte del País, y en el Invierno del 96 Santos logró su primer campeonato con la dirección de Alfredo Tena. En el Verano 2001 consiguió su segundo título ahora dirigido por Fernando Quirarte, y luego hizo su presentación en Copa Libertadores donde pasó a la segunda fase siendo eliminado por absurdas decisiones arbitrales, después de haberle ganado a River Plate en Buenos Aires.
Santos ha tenido muchos ídolos desde su nacimiento. Los primeros fueron Guillermo Galindo y José Luis Rodríguez, después aparecerían Julio César Armendáriz y Hugo León, y posteriormente Jared Borgetti y Rodrigo Ruiz, sin menospreciar el trabajo de muchísimos más.